Para alojarte contempla todas las posibilidades: hoteles, hostels, guesthouses, albergues, apartamentos, habitaciones compartidas, campings, couchsurfing… ¿seguimos?
Consulta en las webs de las Oficinas de Turismo los bonos de transporte. En la mayoría de ciudades existen y ahorrarás unos buenos euros.
Para comer huye de los lugares más turísticos, esto te permitirá ahorrar y sobre todo, degustar la gastronomía más auténtica.
Pregunta a los locales, sea lo que sea. Estarán encantados de ayudarte y a través de sus palabras tendrás respuestas y conocerás lo mejor del lugar.
Visita los mercados. Es el lugar idóneo para ver cómo se vive en una ciudad (además de ser un lugar perfecto para comer o comprar).
Revisa toda tu documentación importante y guarda a mano una copia. La nube es un lugar perfecto para ello.
Si no perteneces a la UE, contrata un buen seguro de viaje. Nunca pasa nada…¡hasta que pasa!
…Y ten en cuenta que en Europa existe la Unión Europea y el Espacio Schengen (acuerdo firmado por 26 países de libre circulación). Revisa todas las opciones para no tener sorpresas con las visas y tiempos de permanencia.
Revisa con tu banco las comisiones por sacar dinero en los países que vayas a visitar y si consigues un buen trato, olvídate de llevar mucho efectivo y tira de tarjeta de crédito. Mucho más cómodo y seguro.
No te olvides del tren si quieres hacer trayectos largos. Hay muchos países como Francia o Italia en los que el tren puede ser tu mayor aliado del viaje.
Europa, comparada con el Sudeste Asiático o América Latina es cara, así que lo mejor es revisar tu presupuesto y tener en cuenta qué quieres visitar y cómo para no llevarte ninguna sorpresa.
Empieza a buscar un nuevo billete, Europa engancha, ¡y mucho! 