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Por qué no te conviene salir con una viajera

by Adi Zarsadias 27 Mar 2014

ELLA ES LA DE CABELLO DESPEINADO y teñido por el sol. Su piel, que supo ser perfecta, ya no lo es más. Ni siquiera se puede decir que está bronceada. Está quemada de manera irregular y tiene varias marcas aquí y allá. Pero por cada imperfección en su piel, ella tiene una historia interesante que contar.

No salgas con una viajera. Es difícil de complacer. La cita usual, eso de ir al cine y a cenar al centro comercial, le quitaría su energía vital. Su espíritu anhela nuevas experiencias y aventuras. Ella no estará impresionada con tu nuevo automóvil ni con tu reloj de marca. Es de las que preferiría escalar una montaña o saltar de un avión antes que escucharte jactándote por esas cosas.

No salgas con una viajera porque te insistirá en que compres un pasaje de avión cada vez que las aerolíneas saquen una promoción. No estará interesada en salir a Republiq por la noche. Y jamás pagaría 100 dólares en ir a ver al nuevo DJ de moda porque sabe que esa salida es equivalente a una semana en otros lugares mucho más emocionantes.

Lo más probable es que no tenga un empleo estable. O que sueñe despierta con renunciar. No quiere matarse trabajando para cumplir el sueño de alguien más. Ella tiene su propio sueño y está esmerándose por él. Es una freelancer. Le pagan por diseñar, escribir, sacar fotos o algo que requiere creatividad e imaginación. No le hagas perder el tiempo quejándote sobre tu trabajo aburrido.

No te pongas de novio con una viajera. Puede ser que haya tirado su título universitario por la ventana y que haya cambiado de carrera por completo. Ahora es una instructora de buceo o enseña yoga. No puede asegurar cuándo cobrará su próximo sueldo. Pero no trabaja como un robot todo el día: sale a la calle y afronta lo que la vida tiene para ofrecerle, y te desafía a que hagas lo mismo.

No salgas con una viajera, ya que ella ha elegido una vida de incertidumbre. No tiene un plan ni una dirección permanente. Se deja llevar y sigue a su corazón. Ella baila a su propio ritmo. No usa reloj. Sus días están marcados por el sol y la luna. Cuando las olas la llaman, la vida se detiene y en ese momento ella no puede prestarle atención a nada más. Pero ha aprendido que lo más importante en la vida no es surfear.

No te pongas de novio con una viajera, porque te dirá lo que realmente piensa. Nunca intentará impresionar a tus padres o a tus amigos. Ella es respetuosa, pero no tiene miedo de debatir sobre problemas de alcance global o sobre la responsabilidad social.

Ella nunca te necesitará. Sabe cómo armar la carpa o poner tornillos sin tu ayuda. Cocina bien y no necesita que le pagues las comidas. Es muy independiente y no le importa si viajas con ella o no. Se olvidará de avisarte que llegó bien a su nuevo destino. Está ocupada viviendo en el presente. Habla con extraños. Conocerá a personas interesantes de todas partes del mundo, con quienes se entenderá perfectamente y compartirá sus sueños y pasiones. Se aburrirá de ti.

Así que nunca salgas con una viajera a menos que puedas seguirle el ritmo. Y si, sin quererlo, te enamoras de una, no te atrevas a retenerla. Déjala ir.

Este post fue publicado originalmente en Love the Search y se reproduce aquí con el permiso correspondiente.