El lindy hop, baile de la familia del swing, ha recorrido un largo camino desde su nacimiento en los años 30 en los boliches de Harlem, Nueva York. Desde hace más de 10 años se está popularizando mundialmente, con más de 30.000 bailarines activos en Europa, Asia, Australia, América del Norte y América del Sur .

Además de baile, trucos aéreos, música, moda y estilo de época, la vida del lindy hopper está llena de viajes y de amigos en casi todos los rincones del planeta. Con más de 50 países con escenas de lindy hop activas y en pleno crecimiento, el swing se convierte para muchos en la excusa perfecta para conocer diferentes culturas, para pisar pistas de otros países y para descubrir que el baile y la música son un idioma universal que no conoce fronteras. Cada ciudad donde hay lindy hop organiza anualmente uno o más festivales, donde pueden participar bailarines de cualquier país, convirtiendo al mundo entero en un punto de reunión posible para la comunidad del swing.

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Un baile social en pareja al ritmo del jazz de los años 20, 30 y 40.

El que haya visto alguna vez una pareja bailando lindy hop, seguramente sintió esa sensación de asombro que genera ver a dos personas moviéndose coordinadamente al ritmo de la música y dando muestras de una alegría y agilidad envidiables.Celeste Plaza y Mariano Ballesteros son de Argentina y están posando en Brooklyn, NY.

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Frankie100: 2000+ bailarines de más de 40 países distintos celebrando la historia del Lindy Hop.

En mayo tuvo lugar en Nueva York uno de los festivales más importantes de la historia del swing, en conmemoración del 100 aniversario del nacimiento de Frankie Manning, que vivió hasta los 94 y participó activamente en el renacimiento del baile en todo el mundo. Resulta raro pensar que a fin de la segunda guerra, y con el rock and roll de los 50’s, las orquestas de swing y el lindy hop habían quedando en el olvido. Recién a finales de los 80 un grupo de bailarines de Suecia empezó a investigar sobre el baile que había sido furor en los años 30 y 40 en norteamérica y decidieron emprender un viaje hasta Nueva York para buscar a los bailarines originales de lindy hop. Así encontraron a Frankie Manning, a Al Minns y a Norma Miller, entre otros, y junto a ellos, en ese momento sexagenarios, le dieron vida a un revival del swing y del lindy hop que está en su máximo esplendor y creciendo a pasos agigantados en nuestros días.

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Acá y en todos lados, la conexión leader-follower

El lindy hop es un baile donde la conexión juega un papel primordial, como muestran Maxi Prado y Agustina Zero, ambos argentinos. La conexión se produce entre el leader, en general el hombre, que marca con su cuerpo los movimientos y pasos seguido por la follower. También hay momentos libres para la improvisación, pero siempre dentro del marco preestablecido por la estructura del baile.

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El lindy hop suele querer vencer las leyes de la gravedad.

Esta foto, tomada en 2010 a Gastón Fernández y Tina Rizza, fue una de las primeras fotos de lindy hoppers que saqué. Hoy ninguno de los dos bailarines vive en Argentina. Gastón fue a perseguir su sueño de swing a España, donde enseña y tiene su base para recorrer Europa dando workshops. Tina vive en Australia, donde se hizo parte de la troupe local y continúa dando clases regularmente.

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Los trucos aéreos, o airsteps, forman parte del baile, especialmente en jams y shows.

En la foto se ve uno de los primeros trucos que formaban parte del repertorio de los bailarines del Savoy Ballroom en Harlem. Se lo llama “around the back” o “frankie” en honor a Frankie Manning, uno de los bailarines originales más icónicos. Manuel Bicain y Mariel Gastiarena dejan su impronta swinguera en Puerto Madero, Buenos Aires.

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Patrick Szmidt y Natasha Ouimet, basados en Paris, también mostrando su versión del “around the back” o “frankie”.

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El LHAIF: primer festival internacional de lindy hop de Latinoamérica

Gracias a este festival, llamado “Lindy Hop Argentina International Festival”, más de 15 profesores extranjeros a lo largo de siete años visitaron Argentina para transmitir sus enseñanzas a los bailarines locales. La última edición fue en el 2013, y aunque el LHAIF no sigue, van surgiendo en Buenos Aires otros festivales internacionales encargados de perpetuar su misión.

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Los músicos: protagonistas en el mundo del swing.

Juan Klappenbach (foto) participó del festival Frankie 100 en Nueva York y es líder de la Orquesta Brazofuerte All Stars. Formada en el año 2012 por 7 músicos dedicados al jazz tradicional, Brazofuerte es una de las preferidas de los bailarines de Argentina. La orquesta toca regularmente en Niceto Club y en Thelonious Jazz Club, además de presentarse en otros eventos de bailarines y de jazz.

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Estilo de época 1, desde Italia

Cuando big bands como la de Duke Ellington, Cab Calloway, Count Basie o Chick Webb poblaban los salones de baile de Nueva York, los bailarines comenzaron a mover sus cuerpos al frenético ritmo del swing, dándole vida al baile que luego se denominó lindy hop. Vincenzo Fesi, bailarín y profesor de lindy hop italiano, posa en Manhattan luego del festival Frankie 100. Aquellos que se entregan de lleno a este baile y su cultura son muy cuidadosos a la hora de elegir su estilo. Tanto la ropa como el peinado remiten a los años 30 y 40, rememorando los días del Savoy.

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Estilo de época 2, desde Australia

Sharon Davis, australiana, es una de las bailarinas de lindy hop mejor vestidas. Desde la ropa y el peinado, hasta los zapatos y el maquillaje, nunca deja nada librado al azar.

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Talentos por todas partes

Juan Villafañe, en la imagen con su compañera Candela Mendez, es uno de los precursores del baile en Argentina. Habiendo empezado su carrera como bailarín hace más de 10 años, es el primer lindy hopper argentino que alcanzó fama mundial. Hoy da clases en los festivales más importantes del mundo y ha ganado las competencias más reconocidas.

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Herräng Dance Camp, en Suecia: el destino obligado de todos los lindy hoppers

Al menos una vez en su vida, los lindy hoppers han de visitar el evento más grande del mundo. Se realiza todos los años en un pueblo en las afueras de Estocolmo y dura 5 semanas. Participan miles de lindy hoppers anualmente. Como se realiza en Julio, Suecia recibe a los bailarines con días que duran 23 horas y atardeceres eternos.

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Un argentino y una portuguesa bailan Lindy Hop a orillas del Báltico.

Internacionalismo en su máxima expresión: Gastón Fernández es de Argentina y Abeth Farag vive en Portugal, y a pesar de venir de partes tan lejanas del mundo, Herräng los une en la costa del mar Báltico. En Herräng se encuentran bailarines de todas partes del mundo para practicar, competir, tomar clases o simplemente para pasar tiempo bailando juntos, en una tradición que se repite desde hace más de 30 años.

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Dawn Hampton: celebridad mundial

Dawn Hampton es una celebridad de la época dorada del jazz, cantante y asidua bailarina del Savoy Ballroom en Harlem. Hoy tiene 86 años y es un ícono para la comunidad mundial del swing, y se la puede ver aún inspirando y enseñando todos los años en Herräng Dance Camp y en otros festivales alrededor del mundo.

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Los coreanos Soochan Lee y Hyunjung Choi ganando la final del Hellzappopin’ Contest

La imagen, tomada en el festival Frankie 100 en Nueva York, muestra que la tradición competitiva está muy arraigada en la esencia del lindy hop, nacida en las competencias de orquestas y bailarines en los años 30 en el Savoy Ballroom.

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El swing también dice presente en Brasil.

La agrupación carioca Rio Hoppers posa con el Pan de Azúcar a sus espaldas. Con una escena creciente y un talento innato para el baile, los brasileros se sumaron a la escena mundial hace 6 años y organizan un festival internacional anual que suele tener como figuras invitadas a referentes de la escena europea, norteamericana y argentina.

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A la francesa y con boogie woogie

Francia también tiene una escena con bailarines muy codiciados, como William Mauvais y Maeva Truntzer, que aún siendo muy jóvenes, maravillan a la escena mundial con destreza y energía, a partir de la influencia del boogie woogie. Fueron los bailarines invitados del festival “50% Rock 50% Swing” que tuvo su primera edición en Buenos Aires en el 2013.

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Del Savoy Ballroom… a la noche porteña

Los bailarines, motivados por las famosas batallas de orquestas, comenzaron a perfeccionar el baile para competir entre ellos también. Esto dio lugar a una estructuración del baile, que luego hizo su debut en la pantalla grande, en películas como Hellzapoppin’, Groovie Movie o Keep punchin’, convirtiéndose en una sensación en Estados Unidos. Hoy, así como Harlem tenía el Savoy, la noche porteña celebra el lindy hop en Niceto Club, de la mano de la Swingin’ Party, una fiesta de swing que se hace una vez por mes en el conocido boliche de Palermo. Allí se puede ver a la orquesta estable Brazofuerte All Stars y a gran parte de la escena local bailando enloquecidamente mientras lucen cuidados looks vintage.

 *Todas las imágenes del artículo pertenecen a la autora del mismo.