13 señales de que aprendiste a comer en Bogotá

by I Love Bogotá 20 Jul 2016

1. El desayuno no es desayuno si no está acompañado de una buena taza de chocolate, pan con mantequilla, queso y una deliciosa changua o caldo de costilla.

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2. Un domingo sin tamal al desayuno, es domingo perdido. Es tan sagrado como ir a misa.

 

3. Para ti, no hay mejor almuerzo que el hecho en casa… la sazón de mamá no se cambia por ningún restaurante.

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4. ¿Ajiaco sin arroz blanco y aguacate? Eso es un almuerzo “a medias y sin zapatos”.

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5. La oblea es tan obligada después del almuerzo en Bogotá… ¡que hasta Mick Jagger las probó y le quedó gustando!

 

6. Para la empanada, no importa la hora: a las 11, a la 1, a las 3 o a las 5…

 

7. Y sabes que siempre se empieza con una y se termina con tres.

 

8. La siguiente imagen puede ser para ti un postre, un aperitivo o un lindo capricho…

 

9. Y a veces, con ese plato, suena en tu mente “Arroz con leche, me quiero casar, con una señorita de la capital”.

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10. La fritanga, morcilla y papa criolla son el paso obligado cuando sales de la ciudad.

(Un poco de grasita de vez en cuando no está mal, ¡eh!)

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11. No te importa lo que digan sobre los buñuelos y la Navidad… para ti, son para cualquier momento y para cualquier hora del día.

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12. Y si los acompañas con una avena casera, completas las onces o medias nueves del día.

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13. Por último, sabes que aprendiste a comer en Bogotá cuando llegas tarde de la noche a casa a “raspar” olla y acabar con todo lo que encuentres en la cocina… Y si es el pega’o del arroz… mucho mejor.