1. Llega temprano a todos lados.
Hay facetas de nuestra personalidad que nos pueden sorprender y no hay mejor sorpresa que descubrir que tienes la capacidad de ser puntual. Sin el tráfico y las distancias monumentales de la capital chilanga, llegar temprano comenzará a ser un evento más ordinario y menos metafísico. Es una especie de jet lag inverso que puedes prolongar todo lo posible con esfuerzo y dedicación.