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2. Nunca te acostumbrarías a respirar aire puro y a no escuchar el ruido de los coches. Lo de caminar entre montañas y estar en contacto con la naturaleza, mejor dejarlo para los documentales de National Geographic.
3. ¿Hacer amigos para toda la vida? Piénsalo bien, ser amigo de gente de otras culturas y mantener el contacto con ellos puede resultar muy pesado. Tú prefieres la frialdad de Facebook.
4. Por no hablar de lo de aprender idiomas y compartir consejos y anécdotas con otros peregrinos. Seamos sinceros: mejorar tus habilidades lingüísticas solo sirve para adornar el curriculum.
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5. Ponerte en forma mientras conoces lugares nuevos no es lo tuyo. Para hacer ejercicio es mejor encerrarse en un gimnasio con la música a todo volumen.
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6. ¿Para qué probar productos típicos de la gastronomía gallega? Tú prefieres la comida rápida.
7. Durante el camino podrás disfrutar de los amaneceres más bonitos que hayas visto en tu vida, pero odias madrugar y seguro que esas fotos que te mandan tus amigos del Camino son fruto de un buen filtro de Instagram.
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