14 delicias que tienes que probar en Chile
Mote con huesillo.
Por algo la frase dice Más chileno que el mote con huesillo. Es nuestro capeador de calor por excelencia, y se encuentra en toda la zona continental del país. Algunos prefieren más el mote, otros el huesillo; yo me quedo con los dos. Es el punto final perfecto para cualquier banquete bien chileno. Dicen que el mejor se encuentra a las afueras del Club Hípico.
Crédito: tuguriodetom.
Curanto en hoyo.
De preparación larga, el curanto está lleno de misterios… al igual que Chiloé, de donde es originario. ¡Que asado, ni que asado! El curanto sí que es un evento social y trabajo en equipo. Se necesitan varias personas para su preparación, lavando piedras, mariscos y distintas variedades de papas. Su cocción al vapor por horas debajo de la tierra es una demostración de fe y de la magia de la cocina chilota. Obligación comerlo en Chiloé mismo.
Crédito: jodastephen.
Piscola
Esta simple mezcla de Coca Cola con pisco (de preferencia, Mistral o Alto del Carmen) es la vedette de la noche, la amiga de todos, la fiel compañera de los chilenos. Toma piscola con nosotros y serás uno más. No tomes y bueno, afronta el webeo.
Y hablando de bebidas típicas, un infaltable número 4…
Crédito: PiscolaDeChile.
Intermedio
Vino Carménère.
Si bien esta cepa es originaria de Burdeos (Francia), allí las plagas la extinguieron. En Chile, después de haber sido introducida hace varios años, se ha convertido en el vino insigne. Se encuentra en Valle del Maipo y Colchagua, y armoniza con carne de res y cordero o platos vegetarianos. Por experiencia personal, recomiendo Secreto Carménère y aprender a degustar vinos en Viu Manent.
Crédito: Caliterra.
Sopaipillas con pebre.
Nada más simple y delicioso que una sopaipa con pebre, plato que también se encuentra en todas partes del país. La mejor siempre va ser la casera, al igual que el pebre. A los menos delicados del estómago le recomendamos nomás aventurarse con las sopaipillas de la calle en un día lluvioso -no se preocupen, van a estar frescas-.
Crédito: guachacas.
Humitas.
Con ensalada a la chilena con harto limón, las humitas bien calentitas garantizan un espectáculo de sabores y texturas. Muy popular a partir del mes de Septiembre para fiestas patrias, duran hasta el verano. Es vital obtener el choclo en su madurez justa. Las mejores se encuentran en “La Vega Central”.
Crédito: tuguriodetom.
Pastel de choclo.
Esta delicia se encuentra a lo largo de toda la zona continental de Chile, y al igual que el plato anterior, es muy popular al acercarse las fiestas patrias. Su base es un sofrito de carne molida y cebolla acompañado de aceitunas, pasas y pollo deshuesado en el medio, con choclo molido o triturado en la “coraza”. Luego, es cuestión de gratinarlo al horno. Un pequeño consejo: acompañen el plato con ensalada a la chilena.
Crédito: pvillavi.
Intermedio
Machas a la parmesana.
El aperitivo vedette de todo restaurante de la zona costera, que acompañado de un buen vino blanco, es la gloria. Cuando te las sirven con el queso gratinado, es imposible no salivar.
Crédito: cristiansantana.
Empanada de pino.
Nada más querible que esta clásica empanada de pino, también conocida en algunos países del extranjero simplemente como “empanada chilena”. Tiene una base de sofrito de posta negra, cebolla picada y ajo, a la que se le agrega huevo duro y pasas. Versátil, es snack, aperitivo y hasta plato fuerte… especialmente si se trata de las gigantes que se encuentran en Pomaire.
Crédito: mabel_de_todo_un_poco.
Locos mayo.
Lamentablemente más escasos por estos días, los “locos mayo” es otra de las delicias marinas que nos ofrece nuestra larga costa. Acompañado de lechuga, tomate y limón, son el aperitivo idea para un festín marino. La clave es la limpieza y “apaleado” que le dan a este firme molusco para ablandarlo.
Crédito: cristiansantana.
Centolla magallánica.
Reina patagónica del mar, la encontramos desde Valdivia hasta el Cabo de Hornos. Uno de los mejores lugares donde probarla es Magallanes (que por algo la centolla lleva su nombre).
Crédito: juantiagues.
Intermedio
Chorrillana.
Muchos creen que los completos gigantes son una bomba… pero a lo que de verdad le tememos los chilenos es las chorrillanas. Y en la misma medida, las amamos.
Incluye huevos fritos, cebolla fritas, papas fritas y carne. Se puede encontrar a lo largo del país, pero mejor ahórrate tiempo y anda a J Cruz si tienes pocos días para encontrar la mejor.
Crédito: claudiolobos.
Porotos granados.
Es el plato veraniego y casero por excelencia… una de las razones de felicidad para esperar al verano. Choclo, zapallo, albahaca y sofrito de cebolla, pimentón y ajo con poco de ají color, más el querido poroto granado. Consejo: (nuevamente) acompañar con ensalada a la chilena.
Imagen vía PorotosGranadosChile en Facebook.
Pastel de jaiba.
¡Manjar! De los que se disfruta más comiéndolo en una caleta, en un mercado o en un restaurante con productos frescos. Se le puede agregar limón para enfriarlo, ya que viene en plato de greda hirviendo. No tendremos cangrejos, pero en Chile nadie los extraña… ¡Tenemos jaibas!
Imagen vía.