¿En serio necesitas ver estas fotos para comprobar que la Ciudad de México tiene la mejor comida callejera del mundo?
Empecemos por el rey del taco chilango, el único, el inigualable ¡taco al pastor!
¿No se les antojan una quesadillas de huitlacoche con queso? (Sí, se piden con queso).
Pero no dejemos de lado al resto de las garnachas chilangas. ¿A alguién se le antoja una gordita de chicharrón?
¿Qué tal uno de esos sopes que alcanzan para comer dos días?
Y tampoco pueden faltar las flautas, tradición gastronómica de toda kermés.
El chicharrón preparado, siempre presente en todo parque que se respete.
Las tortas gigantes nunca han sido acusadas de publicidad engañosa.
Pásenle también a los tacos de carnitas, ¿cuántos joven?
El pambazo: quién diría que toda la pirámide alimenticia cabe en un pan… bañado en salsa… y frito.
Nada para calmar el hambre de media tarde como un buen elote.
O un vaso de esquites para los que no quieran terminar tan embarrados (las patitas son opcionales).
No olvidemos la piedra angular de todo desayuno chilango: la guajolota, sobrecargando de carbohidratos a gente hambreada todas las mañanas.
¿Te siguen haciendo falta carbohidratos? Pásate la guajolota con un champurrado y acompáñalo con un pancito.
Tostadas de pata para el antojo.
Éntrenle a la nueva reina de las tortas chilangas: ¡la asombrosa torta de chilaquiles!
De postre pueden encargar un camote o un plátano frito al señor del carrito que espanta.
O pueden retar nuevamente a sus papilas gustativas con una súper chamoyada.
Y claro, no podían faltar -por omnipresentes- los ricos, los deliciosos, los siempre calientitos… ¡tamales oaxaqueños!
Fotos del collage de la portada por: Megumi, Ari Helminen, stu_spivack, Aaron y Larry Jacobs.