¿Te imaginas recibir el “sí” que tanto anhelas en un bosque iluminado por una constelación de luciérnagas?

Yo, de solo escribirlo, me emociono. Entre junio y agosto, en los bosques de pinos de Tlaxcala.

Crédito: mikecorey

Si la amas hasta el infinito, nada mejor que proponerle compartir tu vida debajo del cielo tejido de estrellas que cubre el desierto de Wirikuta.

Imagínate la escena: tú y tu ser amado a solas, flotando en las mismísimas nubes… Si te gusta lo que ves, pues consiéntanse con un paseo en globo aerostático en Teotihuacán.

Ustedes dos en una playa paradisíaca y solitaria, un atardecer soñado y tal vez dos chelitas. Nada más sencillo y romántico. ¡Y Holbox es el lugar ideal!

Caminen lado a lado por el Paso de Cortés y, cuando lleguen a una vista como esta, sellen su pacto de amor. No se preocupen por el frío, el amor todo lo entibia.

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Dile que quieres dar un paseito tranquilo y, cuando llegues al lugar exacto de la foto, ¡deja que aflore tu magia!

Saca ese poema que le escribiste cuando recién se conocieron, dale el anillo y dile que serías muy feliz si acepta vivir a tu lado.
El callejón del romance, en Morelia, Michoacán.

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Vayan a nadar de noche y, cuando se apague el día y se encienda la bioluminiscencia, ¡habrá llegado su momento!

Laguna de Manialtepec, Oaxaca.

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Y si de lugares mágicos y misteriosos como el amor se trata, nada más perfecto que Tulúm.

Si tú y tu pareja son de costumbres clásicas, el plan que mejor les va a sentar es una cena romántica para dos en el Bellini (Ciudad de México).

 

Si, en cambio, lo suyo es la tradición, vayan por una propuesta bien festiva en la Plaza Garibaldi y dejen que decenas de mariachis se sumen al festejo.

San Miguel de Allende es una ciudad encantadora por donde se la mire.

Cualquier callecita o terraza se convertirá en el lugar ideal para crear ese momento que cambiará sus vidas para siempre.

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Para los amantes del arte y de la aventura, nada más divertido que una propuesta de matrimonio en el Museo subacuático MUSA, en Cancún (Quintana Roo).

Imagínense la cara que van a poner sus nietos cuando les revelen este detalle…

¿Qué tal recibir el “sí” con esta vista de las Barrancas del Cobre, a bordo del Chepe?

Yo te dejo la idea, tú ya verás qué haces…

¿Los inspira dar largos paseos por caminos con arcos de flores en la tierra misteriosa de los mayas, rodeado de vegetación tropical?

Vayan entonces a la Hacienda San José, en Mérida (Yucatán).

Otra opción son los jardines de Xilitla (Huasteca potosina), que están repletos de recovecos que parecen salidos de un cuento de hadas…

El barrio de Coyoacán es uno de los lugares más mágicos de la CDMX.

El Callejón del Aguacate, la calle Francisco Sosa, el jardín de la Casa de la Música o la mismísima Casa Azul podrían ser escenarios ideales para tu propuesta. ¡Salgan a caminar y deja que Coyo los sorprenda! Después, vayan a cenar a Los Danzantes o a alguno de los restaurantes de enfrente de la Plaza Santa Catarina, a la luz de las velas.

Su nombre lo dice todo: Playa El Rinconcito, en Mazunte (Oaxaca).

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No hay nada que simbolice mejor los inicios del amor que una flor…

Los Jardines de México, en Morelos, constituyen el parque temático de jardines florales más grande del mundo. ¡Ideal!

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La ciudad de Durango nos parece un verdadero encanto.

Y, entre nosotros, ahí nos gustaría que nos pidieran la mano algún día…

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Júrense amor en las Cascadas de agua azul, en Chiapas, y celebren con la música del agua, rodeados de pericos y de tucanes.

Nada grita más “amor a la chilanga” que una propuesta en los bosques Chapultepec al atardecer.

¿Castillo o lago para ustedes?

Aunque no lo hayas planeado, esta vista de la Playa del amor, en Baja California Sur, va a hacerte improvisar una propuesta de matrimonio a la que nadie se podrá negar…

Y no podía faltar el Callejón del Beso, en la ciudad de Guanajuato…

Así de feliz vas a estar en Bacalar (Quintana Roo) cuando confirmes que ambos desean construir una vida juntos… ¡hasta el infinito y más allá!

Por último: tú, tu ser amado, una trajinera con su nombre, fiesta para dos y mariachis. No sé, piénsalo…