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Los 27 paisajes más extraterrestres de América Latina

by Verónica Roselló 26 Feb 2018

El Ojo, Argentina

En el Delta del Paraná hay una isla llamada El Ojo, que es un círculo casi perfecto. Pero es no es todo…Lo extraño de esta isla de 118 metros de diámetro es que gira sobre su propio eje y aún no hay respuesta científica a este fenómeno. Está entre las ciudades de Campana y Zárate, provincia de Buenos Aires. (En Google Maps se la puede encontrar con las coordenadas 34°15’07.8’S 58°49’47.4″W).

El Tatio, Chile

Es el grupo más grande de géiseres del hemisferio sur y el tercero más grande del mundo, después de Yellowstone (Estados Unidos) y de la Reserva natural Kronotski (Rusia). Está al norte de Chile, en la Región de Antofagasta, y tiene cerca de 80 géiseres.

Cueva de los Cristales de Naica, México

Esta increíble cueva está en Chihuahua y es tan de otro planeta que ningún humano sobreviviría ahí dentro más que unos pocos minutos.

La temperatura ambiente es de 60° centígrados y la humedad de entre el 90 y 99 por ciento.

Lençóis Maranhenses, Brasil

Es un gigantesco desierto de arenas extremadamente blancas y eso ya lo hace único, pero lo que lo hace un paisaje extraterrestre son los piletones azules y verdes que se forman con agua de lluvia entre los meses de junio y septiembre. ¡Un desierto que se inunda!

Laguna de Manialtepec, México

Esta laguna de Oaxaca tiene la particularidad de ser luminiscente. En ciertos momentos del año, con el solo paso de un pez, una brazada, el golpe de un remo o la oleada de un kayak, se mueve un microorganismo parecido al plancton marino que provoca el efecto luminoso.

Salineras de Maras, Perú

Se trata de 3000 piletones de pocos metros cuadrados en los que emerge agua de un río subterráneo y se la deja evaporar para extraer de allí -a los 3 días- la sal que queda. Están en el Valle Sagrado de los Incas, Cusco. ¡No es un paisaje natural pero sí extraterrestre!

Campo de Piedra Pómez, Argentina

Son 75 hectáreas con decenas de bloques esculturales de color rosa, ocre, blanco y amarillo. Así es el Campo de Piedra Pómez, en la provincia de Catamarca. Estas formaciones son producto de la actividad de más de 200 volcanes que hay en la zona durante 100.000 años.

Laguna Colorada, Bolivia

No hay mucho más que decir pues el nombre lo dice todo… este espejo de agua de apenas 35 centímetros de profundidad varía de todos de rojo según lo atraviesen los rayos del sol: bermellón, cobrizo o carmesí.

Caño Cristales, Colombia

Entre rápidos y cascadas, el lecho del río Caño Cristales es multicolor gracias a la combinación de unas particulares algas, arena y rocas. Rojo, amarillo, verde, negro, azul y rosado son los colores que se alternan en todo su recorrido.

 

La laguna rosa, México

Parece el escenario de una película de ciencia ficción de la década de los ‘80. Esta laguna de aguas rosas está en la localidad de Las Coloradas, en Yucatán, y cuando más alto está el sol, más intenso es el color rosa del agua.

Agujero azul, Belice

Es un perfecto círculo azul intenso con bordes turquesas de más de 300 metros de diámetro y 120 de profundidad que parece trazado con un compás, en el mar Caribe. Era la entrada a un sistema de cuevas calizas durante la era de hielo cuyo techo se derrumbó cuando el nivel del agua subió a causa del deshielo.

Cueva, Capilla y Catedral de Mármol, Chile/Argentina

Se accede desde el lago General Carrera/Buenos Aires, en la Patagonia, y pertenece una parte a Chile y otra a Argentina.

Son tres islotes formados por minerales de carbonato sobre el azul intenso de las aguas del lago.

Monte Roraima, Venezuela

Es un tepuy (montaña vertical con forma de meseta) ubicado en la zona de la Gran Sabana. Sobresale más de mil metros sobre las sabanas boscosas que lo rodean. Es uno de los lugares geológicamente más antiguos del planeta.

Pampa del Leoncito, Argentina

Es una planicie de catorce kilómetros de largo por cinco de ancho en donde hace millones de años había un enorme lago que se secó.

Hoy, es una superficie en donde no hay absolutamente nada, ni un arbusto… Sólo se ven las grietas del piso, que reproducen un pentágono perfecto.

Desierto de Atacama, Chile

Dunas gigantes, géiseres, salares, valles lunares, y hasta una laguna en la que se podría flotar como en el Mar Muerto. El desierto de Atacama es otro planeta en sí mismo.

Cañón de Talampaya, Argentina

Este paisaje se formó por la erosión que el agua y el viento produjeron en las paredes y el lecho del río Talampaya, en la provincia de La Rioja. Su color rojizo se debe a la presencia de óxido de hierro.

Valle de la Luna, Argentina

Se lo conoce como Valle de la Luna, pero su nombre real es Parque provincial de Ischigualasto, en San Juan. Es el único sitio del mundo donde se puede ver al descubierto y perfectamente diferenciado todo el periodo triásico en forma completa y ordenada.

Hierve el agua, México

El agua de manantial brota desde el interior de las montañas y al contacto con el aire se fue calcificando durante milenios, creando esa particular apariencia de velas chorreadas. Estas cascadas petrificadas están en Oaxaca.

Desierto de Tatacoa, Colombia

Es un extraño desierto de cañones rocosos que van formando laberintos que viran entre el rojo, el gris y algunos tonos de verde. Este lugar fue hace miles de años un precioso jardín con miles de flores y árboles que la sequedad fue erosionando.

Semuc Champey, Guatemala

En medio de la jungla guatemalteca, en el departamento de Alta Verapaz, hay un puente natural de piedra caliza de 300 metros atravesado por el río Cahabón. Alrededor, hay piletones que desde el aire se ven como manchones turquesa.

Valle de la Luna, Brasil

Podría ser una imagen de la superficie de la Luna, pero no, es un valle del estado brasileño de Goiás que se formó por la erosión de las aguas del río Sao Miguel. Es uno de los ecosistemas tropicales más antiguos.

Cerro de los siete colores, Argentina

Las capas de verdes, amarillos, rosa, blanco, rojos, marrones, y naranjas forman un espectáculo como pocos en el mundo. Al pie de este cerro está la localidad de Purmamarca, en la provincia de Jujuy.

Glaciar Grey, Chile

La patagonia está llena de glaciares, pero este glaciar milenario, ubicado en el Parque nacional Torres del Paine, ofrece mil matices de celestes y turquesas que lo hacen de otro planeta.

Volcán Cotopaxi, Ecuador

Desde su base, este volcán es bien terrestre, pero su cráter -ovalado y profundo que emerge de entre las nubes- merece ser considerado de otro planeta.

Salar de Uyuni, Bolivia

Una inmensidad blanca de sal que quedó después de la evaporación de los lagos Minchin y Tauca. Es el desierto de sal más alto y continuo del mundo, y también la mayor reserva de litio. Los géiseres, las formaciones rocosas y los pozos volcánicos con sus fumarolas de azufre hacen del Salar de Uyuni un paisaje de otro planeta.

Bosque sumergido, Argentina

En el Lago Traful, provincia del Neuquén, hay un bosque bajo el agua. Es una parte del bosque que quedó sumergido tras un terremoto, hace 50 años, y aún sigue en pie con ejemplares de hasta 30 metros de altura. Un extraño paisaje subacuático.

Sierra de las Quijadas, Argentina

Este paisaje se caracteriza por la inmensidad de sus cañones de arenisca roja y grisácea. Las pendientes occidentales son extremadamente abruptas. con estrechos balcones en los que crece la escasa vegetación. Están dentro del parque nacional Sierra de las Quijadas, en la provincia de San Luis.