1. Tú no querrás perder el tiempo visitando el Cerro Ancón para tener esta increíble vista de la Ciudad de Panamá… mejor compras una postal en el aeropuerto.

2. Tampoco le ves la gracia a subir al Volcán Barú -la montaña más alta del país-. ¿Quién querría ver el amanecer allí o tener una experiencia casi mística entre sus senderos?

3. Para ti, Panamá la Vieja es una ruina más. La historia no es lo tuyo, así que no aprecias que se trate del primer asentamiento europeo de la costa pacífica.

4. ¿Disfrutar y saltar con alegría durante cuatro días de carnavales en el poblado de Las Tablas? Noooo… no quieres arriesgarte a malacostumbrarte a la buena vida.

5. Y tampoco asistas al Festival de las Mil Polleras. Tantos estímulos visuales agradables irritarán tus sensibles retinas.

 

6. Explorar la naturaleza que rodea al pueblo de Boquete te suena a mala idea. ¿Y si luego no quieres regresar a tu ciudad aburrida y sin gracia?

7. ¿Qué chiste tiene visitar una playa espectacular del Atlántico en la mañana y luego una tranquila playa del Pacífico en la tarde? Ese recorrido se lo dejas a los geógrafos… y a los surfers… y a cualquiera que sepa apreciar lo que es bueno.

8. Tomar el sol en las aguas cristalinas de San Blas se ve demasiado paradisíacos para ser real. Tú prefieres seguir pensando que tales lugares no están al alcance de los mortales.

9. ¿Ir a ver con tus propios ojos el Canal de Panamá, considerada la octava maravilla del mundo? No gracias, mejor lo miras en un documental desde tu casa.

10. ¿Finalizar cada día comiendo platillos como arroz con guandú o tamales? Mejor no comprobar que existe la comida saludable y deliciosa al mismo tiempo.

11. Evita bañarte en las aguas caribeñas de Bocas del Toro. Corres el riesgo de empezar a creer que habitas en un mundo de fantasía verde esmeralda. Te lo advierto: Si de verdad no quieres conocer el Paraíso en la Tierra, ¡ni se te ocurra visitar Panamá!

Crédito imagen de portada: usembassypanama