Photo: Zigres/Shutterstock

16 cosas que los vallisoletanos hacemos mejor que nadie

by Ruben Alonso 5 Jul 2016

1. Hablar castellano.

Siempre se ha dicho que en Valladolid se habla el mejor castellano del mundo. Si se dice es por algo. Se nos puede acusar de leístas, es cierto, pero lo hacemos porque la perfección no está bien vista.

2. Dar la razón del tonto para acabar una discusión.

Nos da pereza enrocarnos en un diálogo de besugos con alguien empeñado en tener la razón, aunque sólo sea porque habla más alto. No tardaremos mucho en decir… ¡vale, lo que tú digas, tienes razón!

3. Gestionar imperios.

Valladolid fue en el siglo XVI la capital del Reino de España. Entonces éramos primera potencia mundial y nuestro imperio se extendía hasta los confines del universo. Fue traspasar la gestión del reino a Madrid y volver a caer eliminados ante Italia en octavos.

4. Hablar de vinos por encima de nuestras posibilidades.

Nacimos en la Ribera de Duero y eso se ha de notar. Ya tengamos en nuestras manos el mejor Gran Reserva o el peor vino de tetra-brick, un vallisoletano siempre toma la enorme copa por el tallo, la agita como una maraca, observa los tonos, aspira los taninos y tras dar un ligero sorbo comenta la suavidad al paso de boca y los toques a barrica y frutos rojos. Nacemos con un sommelier dentro.

5. Preparar el cordero lechal.

La ciudad y provincia está llena de asadores donde se preparan al horno (siguiendo cada uno su receta secreta) los corderos que sólo se han alimentado de leche materna. La quinta esencia de la gastronomía local.

6. Combatir el frío con una poción mágica.

Cada hogar tiene un druida, normalmente llamado madre, que prepara en una marmita la poción mágica para combatir el frío. A esa poción mágica la llamamos Sopas de Ajo, ¡y no veas cómo calienta!

7. Subir y bajar equipos de primera a segunda división…

Elige un deporte (fútbol, baloncesto o balonmano) y una razón (deportiva o extra deportiva) y encontrarás un equipo vallisoletano subiendo un año a división de honor y otro bajando a segunda.

8.- … menos en rugby, ahí somos invencibles (por ahora).

Cualquiera que se atreva a cuestionar la hegemonía de Valladolid en este deporte que traiga un balón y nos vemos en El Pepe Rojo. Avisamos al resto de ciudades que al rugby se juega con balones ovalados.

9. Desbordar ríos.

En esto tampoco tenemos rival. Bien es cierto que tener tres ríos (Duero, Pisuerga y Esgueva) nos da cierta ventaja. Cuando llueve un poco fuerte se hacen apuestas por ver qué río se desborda antes. Últimamente, a la chita callando, el pequeño Esgueva se impone a sus mayores en tema de desbordamientos.

10. Renovar contratos a alcaldes…

En democracia sólo hemos tenido tres alcaldes. El primero lo tuvimos 16 años, el segundo 20 años y el tercero que ahora se estrena, siguiendo la lógica deberá estar 24 años. Está claro que ser alcalde de Valladolid es un puesto con mucha estabilidad.

11. … y promocionar obispos.

El que llega a obispo de Valladolid sale de esta diócesis con un puesto mejor, ya sea en Roma o en la Conferencia Episcopal. Jóvenes ambiciosos que queréis llegar a lo más alto, aplicad para obispos de Pucela.

12. Mandar titulados universitarios a Madrid.

Nos encanta nuestra ciudad, y cuando nos titulamos nos gustaría quedarnos en Pucela porque, no lo neguemos, en casa de nuestros padres se vive muy bien. Pero la realidad es terca y al final los trabajos los encontramos en Madrid, así que después de la universidad nos toca aprender a cocinar y a poner la lavadora.

13. Mantener la noble estirpe de los trovadores nocturnos.

Mientras Valladolid resista, habrá una tuna universitaria que salga a rondar a una vallisoletana para que salga a su balcón y pedir el clavel de su boca.

14. Hacer pan.

Todos dicen que en su ciudad hacen el mejor pan del mundo, pero no es verdad. El mejor es el de Valladolid y la prueba del valor de nuestro pan es el museo que le hemos dedicado. Quien visite el municipio de Mayorga que pase a conocer el Museo del Pan.

15. Usar el sarcasmo hasta las últimas consecuencias.

Aviso a navegantes: en Valladolid el sarcasmo es un intra-idioma dentro de nuestro perfecto castellano. No hay límites a las punzadas de las pullas. Nuestro rico lenguaje nos permite lanzar cuchillos dialécticos directos a lo más profundo del ego.

16. Ser culturetas.

Nuestra universidad es de las más antiguas y prestigiosas de España. Por aquí pasaron Cervantes, Zorrilla, Colón, Miguel Delibes y King África. Tenemos el Festival de Cine Internacional que exhibe más películas de culto. La ciudad está llena de cafés-tertulia. Recuerda, si quieres hablar de la última gala de Gran Hermano, hazlo en secreto y bajito, un cultureta puede estar escuchando.