No empecemos con una discusión, amigo, ¡vos siempre tenés la razón en todo!
No tengo ni un solo consejo para darte. Hoy paso.
Lamento mucho no poder ir a la fiesta esta noche, pero mañana tengo que levantarme temprano.
¿Qué es la inflación?
Yo voté a Menem.
Ah ¡y también lo voté a De la Rúa!
Me encanta mirar “Bailando por un sueño”.
¡Llamame por mi nombre, por favor! Que yo no me llamo ni “Che” ni “Boludo”.
¿Quién es Mafalda?
¿Estás yendo a terapia? Pero… ¡eso es solo para los locos!
Yo soy de Boca, pero vayamos a ver a River juntos. ¡No sabés lo contento que me voy a poner por vos si las gallinas hacen un gol!
No es justo que nuestros políticos ganen tan poca guita…
Son las dos de la mañana, loco, ¡es re tarde para salir!
Por favor, no traigas a tu primo al asado, no hay comida suficiente para un invitado más. La próxima, ¿dale?
Perdí otro partido de truco… Pero todo bien, ¡lo importante es competir!
Perdoname porque te dije que venía a las 9 y aparecí a las 12… No tengo excusas y te prometo que no va a volver a pasar.
Yo confío en el peso. No necesito ahorrar en oro, dólares o euros.
El vegetarianismo es la norma en mi país.
Pero che, ¿siempre tenemos que celebrar comiendo?
Uf, lamento muchísimo haber aparecido en tu casa sin avisar…
¿Mate? No, gracias, tengo miedo de contagiarme tus gérmenes.
Hola, vine para devolverte esos libros que me llevé hace dos años.
Te agradezco, pero si tomo otra cerveza me voy a desmayar.
¿Panqueques de dulce de leche? No gracias, ya comí demasiado.
¡Hace tanto tiempo que no llamo a mis amigos por su nombre! Hoy mismo les dejo de decir “Reina”, “Gordo” y “Negra”.
Los amigos no son parte de la familia, así que por favor no te tomes tan en serio nuestra amistad…
No entiendo cómo la gente puede pasar tanto tiempo hablando…
Che, ¿no te parece que estamos hablando demasiado alto?
Yo vivo para trabajar.
Las siestas son una pérdida de tiempo.
Me encanta cuando los extranjeros se ríen de mi acento y me hacen repetir varias veces “yo quiero que llueva”…
Y no, mi acento no es sexy.