No es lo mismo el aire acondicionado que el clima natural, y no importa que tan frío sea el lugar donde vives, los yucatecos están acostumbrados a helar sus casas para combatir el calor… prepara tu bufanda.
Si hay algo que le encanta a los yucatecos es el picante, y la excelente dotación de salsas y chiles que tienes en tu hogar se va a evaporar en un santiamén.
Una vez que descubras los sandwichones, arrolladitos y nuestras exquisiteces yucatecas, te aseguramos que vas a querer ordenar tu refri al estilo Yucatán: mucha comida deliciosa por un lado y la otra mitad llena de cervezas.
La verdad es que los yucatecos somos bastante permisivos con eso de los horarios y la puntualidad es más o menos una sugerencia. Además, para nosotros la siesta de media tarde es indispensable para poder funcionar el resto del día, así que ya sabes, si adquieres nuestros modos probablemente termines en el desempleo…
Esta es la verdad: hay un antes y un después en esto de eliminar la resaca a base de tacos de cochinita con mucha salsa (después de probar nuestro ancestral y super eficaz método, tu vida no será la misma).
Para nosotros, el agua al tiempo es un concepto totalmente extraño, y si nos ofreces una bebida fría (aunque acabe de salir de tu refri) nos va a parecer que está tibia. Frío, para nosotros, es algo así como un grado encima de congelado.
Sí, porque para nosotros todos los papás de nuestros amigos son nuestros tíos. Y no sólo porque así les llamemos sino porque para nosotros la familia es algo que nunca deja de crecer.
Porque, sólo en una semana, tu amigo yucateco hace lo que tú haces en dos años de vacaciones: playas, cenotes, increíbles zonas arqueológicas y pueblos mágicos… 