1.
El árbol de naranja agria es muy común y muchas familias yucatecas lo tienen en su patio. Es un remedio infalible contra las raspaduras y la inflamación, si es que diste un mal paso y terminaste en el suelo. Sollo lo untas con sal en la herida y ¡listo! (eso sí, va a arder…).
2.
Cuando te duele la pancita o de plano te has soltado del estómago, una abuela yucateca nunca dirá que tienes cólicos ni mucho menos diarrea. Te dirá “ya te dio choc nac con tirixtá, ¡chiquito!”. Te servirá un buen vaso de refresco de cola con limón, ¡ y santo remedio!