Foto: Juan Pablo Mazorra
1. SENTIRTE UN PIPOPE DIFERENTE
Conoces gente diferente, haces nuevos amigos y en algún punto sale a la conversación que eres de Puebla y te sueltan el típico – Eres bien chido, ni pareces poblano – A pesar de toda la mala fama, sí existimos los poblanos chingones, que no somos fresas y sí somos buenos amigos. En resumen, una verdadera pieza poblana perfecta.
2. DESCONFIAR DE LOS TAXISTAS
Sigo sin confiar en los taxistas de la CDMX porque aunque tengan taxímetros siempre marcan precios diferentes. Nada como negociar con el taxista antes de abordar, regatear y poner precio fijo a tu viaje justo como acostumbras hacerlo en Puebla.