1. La cantidad de tíos a tu alrededor aumenta significativamente.
Eventualmente te irás acostumbrando a llamarle a medio mundo como antes sólo le llamabas a los hermanos de tus padres. Al principio será difícil, pero la repetición y la costumbre harán que el “tío” fluya de forma natural, y rápidamente lo acompañarán otras expresiones igualmente extrañas como “ostia” y “joder”.