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10 palabras mexicanas desvirtuadas por los españoles

España México
by Arlene Bayliss 5 Nov 2018

1. Chingar es follar

Hay que pensarla dos veces antes de hablar como los mexicanos groseros que somos si viajamos a España. Chingar para todo nacido en tierra azteca tiene miles de usos, pero en España chingar es follar, fornicar, coger pues. ¡No me estés chingando! ¿Vas a estar chingando todo el día? ¿No te cansas de estar chingando? ¡Ya estás chingue y chingue!… Todas y cada una de estas expresiones pierden todo su sentido por falta de acepciones. ¡Qué bajo ha caído nuestro chingar en el extranjero! ¡Ni el chingado suena bien!

 

2. Cabrón

En el norte de México, el cabrón es una extensión de cualquier frase, es casi tan multiusos y popular como el güey. En España, cabrón es que es una palabra altisonante y poco amigable que se asocia o se usa exclusivamente con personas, no para referirse al calor, el frío, el tráfico, la gente, el metro, la vida… ¡está cabrón así, España! ¿Por qué nos limitas?

 

3. Mucho güey, pero no muy atinado

Nosotros somos iguales, vemos a un español y empezamos a practicar nuestro seseo y todas esas palabras que hemos aprendido de series y películas españolas. El wey o güey es típico en la búsqueda de empatía de los españoles con los mexicanos. Y es bonito porque lo intentan. El problema es que buscan meter la bola en la canasta y no le atinan al aro. ¡Siempre terminan metiendo el güey donde no va dentro de una frase!

 

4. Las tortillas son tortitas

No vaya a ser que se confunda con la tortilla de patata. ¿Por qué, España? Tú que eres tierra de Cervantes, ¿y en diminutivo? ¿Así nos llevamos? Y hay más, le dicen tortitas también a los pancakes.

 

5. No son totopos, son nachos

Nuestros queridos totopos son conocidos como nachos y a veces como doritos. Hasta he llegado a escuchar que les llamen triángulos de maíz. El plato de nachos, ese fenómeno internacional cubierto de queso, se ha comido a nuestros totopos y los ha dejado en el olvido. ¡No debemos permitirlo!

 

6. Oaxtsaca, no Oaxaca

Resulta que en España son muy respetuosos de la lengua. Nosotros la “s”, “z” y “c”, las pronunciamos todas igual, ellos no, pues lo mismo hacen con la pronunciación de la “x”, que en México la pronunciamos de formas muy distintas dependiendo de la palabra. En España la “x” se pronuncia siempre como “x”. Oaxtsaca, no Oajaca. Y ya que estamos en esas…

 

7. Méjico, mejicana, mejicano

Sí queridos amigos lectores, no es un error de dedo, la documentación oficial de un residente mejicano en España es así, con una mejicanidad castellanizada, porque es así como se pronuncia y alégale todo lo que quieras a la Real Academia de la Lengua Española.

 

8. La calavera para todo

Que no se entere José Guadalupe Posada —que en paz descanse—, pero las calles de España a finales de octubre son una mezcla de tradiciones como pocas veces se ha visto. Halloween, el Día de Muertos y el Día de Todos los Santos, todo junto y todo simbolizado con una calavera. Y sí, nuestra Catrina aquí se llama calavera.

 

9. El agua mineral

No van a creer lo difícil que puede ser pedir agua en España. El agua natural es agua mineral, pero también es agua al tiempo. Si pides agua de grifo, también debes aclarar si la quieres natural o con hielos. Si pides agua al tiempo, quién sabe que te irán a traer. ¡Qué complicado! Lo mejor es ver si del agua salen burbujitas o ya de plano pídete una caña.

 

10. Adiós torta, hola bocata

Cuando le dices a tus amigos españoles que les vas a invitar unas tortas del chavo para irse de día de campo al Parque de La Ciudadela de Barcelona, probablemente se imaginarán un pastel, uno que otro creerá que te refieres a una tortilla de patata pero que lo dijiste mal. Nuestras tortas no existen, aquí lo más parecido son las bocatas. Y no, aquí nadie tiene idea de lo que es un birote.