1. El apapacho amistoso…
Pocas cosas en la vida son tan padres como reconocer a las personas que queremos con un fuerte abrazo. ¿Cómo puedes ser amigo de alguien sin tener esos pequeños desplantes de interacción física? Tampoco hay que ser tan encimosos, pero un abrazo de bienvenida no se le debería negar a nadie.
2. Y el apapacho público más intenso.
Muchos extranjeros se sacan de onda cuando llegan a nuestros terruños y ven a las parejitas dándose amor sin miramientos en cualquier rincón de la ciudad. El fajesín en público es una sana costumbre que promueve el amor y mantiene a la chaviza entretenida y alejada de malos pasos. Por ahí dicen que “si lo sabe Dios, que lo sepa el mundo”.