Los fríos vientos que de vez en cuando se desprenden de la cumbre del Cofre de Perote, cobijan los vestigios de lo que hace 1400 años fue Cantona, la Casa del Sol, una ciudad prehispánica fundada por la cultura olmeca-xicalanca al oriente del actual estado de Puebla. Cantona presenta un impresionante estado de conservación y la energía que la envuelve produce en el viajero la sensación de que la ciudad aún sigue viva. Es como si nos convirtiéramos en sus habitantes por un momento.
10 imágenes de Cantona, una ciudad olímpica perdida en el tiempo
Los arqueólogos han descrito a Cantona como una “ciudad olímpica”. Descubre el por qué de este denominativo a través de las siguientes imágenes.
1. Arquitectura.
Uno de los aspectos más llamativos de Cantona es su peculiar estilo arquitectónico que, a diferencia de otras ciudades prehispánicas de la época, no cuenta con ningún tipo de cemento o argamasa para unir la cantera de los edificios. ¡Las piedras de las pirámides y plataformas sólo se encuentran sobrepuestas!
2. Ingeniería anti sísmica.
La técnica de construcción utilizada en Cantona no es obra de la casualidad y su principal función era mantener a los edificios en pie en caso de un terremoto. Las estructuras de la ciudad estaban diseñadas para no presentar resistencia al movimiento, lo que provocaba un ligero balanceo durante los sismos. En el peor de los casos, solo sufrían deslizamientos menores. Esta también fue una de las razones que llevó a los arquitectos de Cantona a diseñar edificios asimétricos.
3. Los caminos de una gran ciudad.
Durante su época de esplendor, entre los años 600 al 900 d.C., Cantona fue una gran urbe con una población estimada de 200 mil habitantes, superando en este sentido a ciudades monumentales como Teotihuacán. Las calzadas y calles que conectaban a la ciudad aún pueden caminarse; la más importante de ellas medía 3 km de largo.
4. ¿Juegos olímpicos en Cantona?
La importancia que tenía el juego de pelota para las culturas mesoamericanas se ha estudiado y documentado ampliamente; sin embargo, el caso de Cantona es excepcional, pues posee nada más y nada menos que 27 canchas de juego de pelota; algo que no se ha visto hasta el momento en ningún otro sitio prehispánico. Esto ha llevado a expertos como el arqueólogo Ángel García Cook, director del proyecto de rescate de Cantona, a pensar en la posibilidad de que la ciudad hubiera sido sede de algo parecido a unos juegos olímpicos prehispánicos.
5. El poder de la obsidiana.
El valor que tenía la obsidiana en Mesoamérica era enorme, pues además de servir para fabricar armamento, se utilizaba para la elaboración de objetos rituales como dagas o cuchillos de sacrificio. Debido a que Cantona controlaba uno de los mayores yacimientos de obsidiana, su poder económico, político y religioso se extendía más allá de sus fronteras.
6. Juegos de pelota tipo Cantona.
Photo: Kiev I. Murillo
Otra característica muy distintiva de las canchas de juego de pelota “tipo Cantona” es que cada una se encuentra dentro de núcleos arquitectónicos integrados por una pirámide y una plaza.
7. Ciudad de terrazas.
A medida que la laberíntica red de calles y pasillos te llevan hasta los puntos más altos de la ciudad, se puede apreciar mucho mejor la belleza arquitectónica de Cantona y la sorprendente distribución de sus terrazas.
8. El Museo de Sitio.
Antes de comenzar a recorrer la zona arqueológica, no olvides visitar su interesante museo de sitio en donde podrás conocer cómo era la vida cotidiana de Cantona, desde aspectos como su arquitectura, hasta los impactantes ritos funerarios que practicaban sus habitantes.
9. Paisajes que cautivan.
Además de su vista panorámica hacia el Cofre de Perote, Cantona está rodeada por bellos lagos volcánicos como la famosa laguna de Alchichica, en donde existen colonias de estromatolitos que se perciben a simple vista. Otros puntos cercanos son las lagunas Atexcac y Las Minas, las cuales tienen como telón de fondo el gran Pico de Orizaba.
10. Prepara tu visita a Cantona.
Photo: Kiev I. Murillo
Si te animas a visitar Cantona no olvides ponerte unos buenos tenis y ropa cómoda, ya que algunos tramos del recorrido por la zona arqueológica son agrestes. También necesitarás bloqueador solar y una botella de agua para mantenerte hidratado. 