1. Ciudadela de la Alhambra y jardines del Generalife, Granada (1984)
La Alhambra es el monumento más visitado en España y firme candidata varias veces a engrosar la lista de las 7 maravillas del mundo. No es para menos, sólo tienes que pasear por sus jardines, palacios —porque son varios palacios— e imaginarte la vida entre esa belleza de patios, albercas y aljibes para entender por qué la Alhambra está en otro nivel.
2. Barrio del Albaicín, Granada (1994)
Quien no se pierda por las calles del Albaicín no sabe lo que es la magia. Un mapa aquí es totalmente inútil: callejones sin salida, cuestas de vértigo, miradores escondidos, plazas que nacen en las esquinas, guitarras en el aire y, enfrente, vigilando sus pasos, la Alhambra. «Quien no ha visto Graná, no ha visto ná». Punto.
3. Mezquita-Catedral, Córdoba (1984)
La revista Lonely Planet la definió como «rareza arquitectónica que debe verse para creerse». Hay lugares que deben irse descubriendo poco a poco, esquina a esquina; pero la Mezquita, nada más cruzar su puerta de entrada y encontrarte con esa arquería que forma un auténtico bosque, te pega un bofetón de belleza que te deja sin respiración. Conozco casos de personas sufriendo el síndrome de Stendhal ante tamaña belleza.
4. Centro Histórico, Córdoba
Es uno de los cascos antiguos más grandes de Europa. Como la mayoría de la mezcolanza y barrios de toda Andalucía, conserva vestigios de su pasado romano, árabe y cristiano. Varios monumentos se concentran en su interior: la sinagoga, ya que Córdoba también tuvo una importante comunidad judía, el Alcázar de los reyes cristianos, el hospital de San Sebastián, el puente romano, los baños califales… y una gran cantidad de esos famosos patios cordobeses que merecen una mención aparte y, por supuesto, una visita.
5. Catedral de Sevilla (1987)
La catedral y los Reales Alcázares, son los dos testigos excepcionales de la civilización almohade y de la Sevilla cristiana. Esta catedral es el edificio gótico más grande de toda Europa, con sus cinco naves, pero sin duda lo que le ha dado fama y a quien debe su belleza es al antiguo minarete —obra de arte de la arquitectura almohade— reconvertido en campanario, conocido como la Giralda.
6. Reales Alcázares, Sevilla ( 1987)
Los reales alcázares es posiblemente el monumento que mayor número de estilos arquitectónicos aúna bajo un mismo techo: el palacio original se edificó en la edad media, así que se conservan algunos vestigios de arte islámico, pero tras la conquista castellana, se añade un espacio palaciego mudéjar y oro gótico. En reformas posteriores se añadieron elementos renacentistas, manieristas y barrocos.
7. Archivo de Indias, Sevilla (1987)
Este edificio, que servía como antigua lonja de pescado, es hoy día el mayor archivo documental sobre las Indias, las colonias españolas allí y su conquista. No es de extrañar que se eligiera esta ubicación, ya que tras la brutal conquista, Sevilla es elegida como puerto exclusivo para el comercio con este continente, ya que posee el único río navegable de toda España: el Guadalquivir.
8. Parque Nacional de Doñana, Huelva (1994)
Este espacio natural protegido es uno de los lugares con mayor diversidad de la península. Posee una gran cantidad de lagunas, marismas, matorrales, monte bajo mediterráneo y dunas móviles y fijas. Es hábitat de cinco especies de aves en peligro de extinción, posee una de las mayores poblaciones de garzas y sirve de refugio invernal a más de medio millón de aves acuáticas.
9. Conjuntos monumentales renacentistas de Úbeda y Baeza, Jaén (2003)
Estas dos pequeñas localidades de la provincia de Jaén albergan un conjunto monumental impresionante, herencia de las obras de renovación inspiradas en el estilo del Renacimiento que se efectuaron por el siglo XVI. Estas transformaciones urbanísticas se debieron a la introducción en España de las ideas humanistas procedentes de Italia. Úbeda representa la arquitectura privada y el poder civil y Baeza la arquitectura pública y el poder religioso del obispo.
10. Dólmenes de Antequera, Málaga (2016)
Este conjunto prehistórico de naturaleza y arquitectura está formado por tres bienes culturales (los dólmenes de Menga y Viera, y el tholos de El Romeral) y dos bienes naturales (La Peña de los Enamorados y El Torcal de Antequera). Perderse a caminar entre estas “piedras” es sentirse un picapiedra en una era prehistórica….¡y mola!
Todas las fotos son de la autora, excepto en las se indique algo distinto.