1. Querrás visitar todas sus iglesias.
Tal vez piensas “pero qué mochos los poblanos” y no te atrae la idea de pasearte por iglesias, pero una vez que conoces La Catedral o subes a la Iglesia de los Remedios, te entran las ganas de conocer más templos gracias a la belleza arquitectónica que guardan en su interior.
2. Te darás cuenta de que te falta probar mucho de la gastronomía mexicana.
Notarás que jamás habías probado un verdadero mole o un auténtico chile en nogada como los de Puebla. Te faltarán días para probar las chalupas, las pelonas, los molotes, las memelas, el chile atole, los camotes, tlacoyos… pensarás “¿Por qué soy mexicano y jamás había comido todo esto?”