Los expatriados mexicanos tenemos que estar dispuestos a renunciar a muchas cosas, pero la gastronomía mexicana no es una de ellas. Por eso no es algo raro vernos cargando con el mercado en la maleta. Pero ¿qué hacer cuando los víveres se agotan? ¡Ponernos creativos! Porque aunque vivamos en lugares en los que parezca que el picante, las tortillas y los nopales son productos de otro planeta, aquí una lista de algunos platillos mexicanos fáciles que se preparan con ingredientes que podemos encontrar en la mayoría de los supermercados del mundo.
10 delicias mexicanas que puedes preparar en cualquier parte del mundo
1. Picadillo
La carne molida de res o de cerdo es un ingrediente prácticamente universal, al igual que las papas, el tomate y la cebolla. Así vivas en China, Rusia o Groenlandia, no hay pretextos para no degustar este exquisito y sencillo plato.
¿Y el picante?… Pues si las reservas de chiles secos de tu anterior viaje a méxico ya se agotaron, o si simplemente no puedes renunciar al exquisito y fresco sabor de un serrano fresco, debes saber que los mexicanos no somos la única cultura obsesionada con el picante. India, China, Pakistán, Tailandia, Túnez y Etiopía son solo algunos de los países cuyas cocinas encuentran en el picante un ingrediente primordial. Así que lánzate al mercado asiático o africano de tu preferencia y disfruta de la variedad de chiles frescos. Cuidado, que encontrarás variedades más picantes que el mismísimo habanero.
2. Sopa de fideos
El bendito recaudo con el que las mamás mexicana han agasajado a sus familia por generaciones es cosa bastante sencilla. No es más que tomate, cebolla, ajo, orégano y tu toque personal. La pasta puede variar en función de lo que encuentres en tu súper más cercano: fideos, letritas, orzo o farfalle… Tú déjate llevar y, eso sí, dale una freída a los fideos en aceite antes de agregar el recaudo para que no te quede como engrudo.
Y si no puedes imaginarte la sopa de fideos sin algo de picante, consulta el primer punto de esta lista.
3. Frijoles de la olla
Porque los de lata simplemente no son lo mismo, vale la pena perderle el miedo a este básico de la gastronomía mexicana. Dependiendo de en qué parte del mundo te encuentres, las variedades cambiarán, pero te puedo asegurar que en todo el mundo venden frijoles secos. Blancos, negros, rojos, pintos, llámense alubias, judías, bohnen o haricot, los frijoles son frijoles. En alemania por ejemplo, los wachtelbohnen tienen apariencia y sabor similares al frijol pinto mexicano, siendo un excelente sustituto. Ya sea que los prepares caldosos o refritos, son una delicia que no se compara con su sustituto de lata. Asegúrate de remojarlos una noche antes para que no tarden siglos en la estufa o invierte en una olla express y disfrútalos en tiempo récord.
Pero si en tu súper nomás no encuentras ningún tipo de frijol (que francamente lo dudo) los supermercados de medio oriente suelen tener variedad de colores y sabores. Vale la pena experimentar.
4. Salsa roja
Tras explorar la maravillosa variedad de chiles frescos y secos que los supermercados asiáticos ofrecen, no hay pretexto para no disfrutar de una buena salsa roja. Tomate, cebolla, ajo y chiles tatemados (ya sea en la llama de la estufa o en el broil del horno) o los mismos ingredientes cocidos y sazonados con orégano… o mejor aún —como decimos en mi tierra—, “una salsa huevona”, con los ingredientes frescos en la licuadora… ¡Qué delicia!
5. Guacamole
Olvídate del avocado toast y saca el molcajete (o la licuadora). Los aguacates no son baratos en ninguna parte del mundo, pero son un manjar que vale la pena saborear con unos totopos o unas tortilla chips (afortunadamente estas últimas son muy fáciles de encontrar). Recetas de guacamole hay miles, pero a mí me gusta mantenerlo simple: aguacate, limón (del amarillo si no hay del verde) y chile serrano (o thai verde como sustituto). Para mí la cebolla, el tomate, el cilantro y el ajo son cien por ciento opcionales.
Para foodies y gourmands
Si tus habilidades culinarias están en un nivel intermedio o avanzado, las siguientes opciones no te van a intimidar.
1. Tortillas de harina
En méxico o en china vas a encontrar harina, sal, agua y manteca (o aceite vegetal). Como orgullosa sonorense te lo digo, no necesitas más. Lo del polvo para hornear es invento gringo, son tortillas, no pastel. Así que manos a la obra, a amasar y destender.
2. Salsa macha
Si tus preciados chiles de árbol desaparecieron de tu alacena, no desesperes. Los chinos y los thai venden variedades similares. El resto es fácil: ajo, ajonjolí y si quieres cacahuate. A freír en aceite y ¡a la licuadora!
3. Ceviche
De atún fresco, de robalo, camarón o tilapia. Marinado un buen rato con limón (verde de preferencia, amarillo en su defecto), con chile fresco, cebolla, pepino y más verduras de tu elección. No importa en qué parte del mundo estés, si lo acompañas con una cerveza clara, te vas a transportar de manera automática al Pacífico Mexicano.
4. Pan de muerto
Harina, mantequilla, huevo, azúcar, piel de naranja y levadura. Vas a sudar la gota gorda amasando a mano porque se trata de una masa muy húmeda, pero valdrá la pena. Si tienes batidora con gancho, ya la hiciste. En cualquiera de los casos, en internet encontrarás múltiples recetas ¡No te quedes con el antojo!
5. Aguachile
Volviendo al Pacífico Mexicano, la parte más complicada (o más bien tediosa) es pelar los camarones (sin albur, por favor, muchachos, ¡compórtense!). Fuera de eso, a marinar con limón, sazonar con sal y pimienta, y la salsa del chile de tu preferencia.
Algunas variaciones para desesperados y huevones
Pitadillas
Pan de pita mas queso. Rápido y simple. No es una auténtica quesadilla en tortilla de harina pero da el gatazo.
Tortillas de polenta
No precisamente apto para huevones porque requiere trabajo, pero si la desesperación por probar una tortilla de maíz ya es mucha y en tu zona no encuentras harina de maíz nixtamalizada (sorry, no me dejan mencionar la marca), en internet encontrarás algunas recetas de mexicanos que han hecho sus tortillas con polenta con buenos resultados. Hasta te puedes lanzar con tu marchante de kebabs, pedirle la pura carne del trompo y hacerte unos taquitos .
Porque a México lo llevamos en la piel, en el corazón y definitivamente también en el estómago. ¿Conoces más recetas que se puedan preparar así de fácil en el extranjero?