1. ¿Tú seguro que eres millonario, verdad?
Quizás la pregunta que menos nos gusta y con la que directamente, después de recibirla, solemos finalizar la conversación.
2. ¿Y? ¿No te cansas de ver piedras?
Otro de los comentarios habituales que solemos recibir. Partiendo de la base de que la persona que hace el comentario considera “piedras” a los monumentos o ruinas, lo mejor es mover la cabeza sin dejar muy claro el gesto y abandonar la conversación.