La biodiversidad en Brasil es impactante. Más de un tercio de todas las especies del mundo viven en el Amazonas, incluyendo 3000 especies de peces. En el estado de Matto Grosso do Sul, los amantes de las aves pueden ir al Pantanal (el pantano más grande del mundo) en busca de nuevas especies. Cuando nosotros nos adentramos en la selva, llegamos a estar extremadamente cerca de pirañas, anacondas e inclusive el cauteloso caimán de la fotografía.
MI PRIMERA VISITA A Brasil fue un accidente. La segunda fueron vacaciones. La más reciente fue una necesidad.
Con 192 millones de habitantes, Brasil es una de las cuatro naciones (junto con Rusia, China e India) que puede llegar a dictar el ritmo de este siglo. Mientras que China está revolucionando el mundo comercial, los analistas esperan que las atracciones naturales de Brasil conviertan al país en un centro neurálgico del turismo mundial. Entre la Copa Mundial de la FIFA 2014 y los Juegos Olímpicos 2016 en Río, se ha dado una combinación de eventos estelares sin precedentes que llevará el mundo hasta sus costas.
Como viajero profesional, siempre me preguntan cuál es mi país favorito. La respuesta es Brasil, y con las fotos que siguen espero poder explicar por qué. Para mi pareja, Ana, la razón es simple. Ella es carioca, nacida y crecida a unos pocos pasos de Copacabana. Ya sea que te atraigan las playas o el Carnaval, la vida salvaje o la música, hay demasiadas cosas buenas y no podrás ignorar este destino por mucho tiempo.
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La vida salvaje
La biodiversidad en Brasil es impactante. Más de un tercio de todas las especies del mundo viven en el Amazonas, incluyendo 3000 especies de peces. En el estado de Matto Grosso do Sul, los amantes de las aves pueden ir al Pantanal (el pantano más grande del mundo) en busca de nuevas especies. Cuando nosotros nos adentramos en la selva, llegamos a estar extremadamente cerca de pirañas, anacondas e inclusive el cauteloso caimán de la fotografía.
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La historia
Más allá de los lugares misteriosos descubiertos recientemente en el Amazonas por arqueólogos, la riqueza de la historia de Brasil está en su pasado colonial. El país sufrió de batallas entre españoles, holandeses, británicos y portugueses, de quienes Brasil ha heredado el idioma. En el nordeste, las iglesias y edificios ennegrecidos de Recife y Salvador (donde fue tomada la imagen) son un recuerdo de épocas turbulentas, entre plantaciones, guerras, religión, riqueza y esclavitud.
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Las Playas
Por donde mires, hay playas de arena blanca. Con casi 7500 kilómetros de costa y un glorioso clima tropical, este es un país playero. Las más famosas son Copacabana e Ipanema, en la ciudad de Río de Janeiro. Cabo Frío, por su parte, tiene la arena blanca y fina típica del Caribe. Mi favorita es López Mendes, en Ilha Grande. Al nordeste, Jericoacoara, Natal y Morro Do Sao Paulo son lugares a los que también vale la pena viajar.
Intermedio
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El Carnaval
Nada puede prepararte para el espectáculo del Carnaval. El país entero estalla durante la celebración, que va desde desfiles masivos dentro del Sambódromo de Río hasta caóticas fiestas callejeras y festivales. El Carnaval reúne a los brasileños sin importar las brechas socio-económicas que los dividen. Lo que se inició como un ritual católico de dejar de comer carne por la Cuaresma es ahora la celebración anual más grande y más intensa que puedas imaginarte. Créeme, es espectacular.
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Las cosas que no puedes hacer en ningún otro lado
Viajar es mi forma de ganarme la vida y luego de recorrer 90 países en 6 continentes, estoy siempre buscando actividades únicas. Hay cientos de lugares donde puedes escalar, hacer rafting o inclusive pescar pirañas. Hacer capoeira al anochecer, ir a fiestas funk en las favelas, participar del desfile en el Sambódromo… eso es Brasil. Recientemente descubrí un lugar llamado Rio do Plata, en las afueras del centro de ecoturismo que se ha formado en Bonito. Flotar durante tres horas llevado por la corriente de un río de aguas cristalinas, buceando a poca profundidad entre miles de peces de agua dulce. Eso es Brasil.
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El Fútbol
La religión oficial de Brasil es el Catolicismo Romano. La religión de facto es el fútbol. El país tiene el récord de haber ganado el Mundial cinco veces. Este deporte es jugado y seguido en las playas y en las calles, en clubes y parques. La forma de jugar brasileña se disfruta mucho, llena de trucos extravagantes y mucha habilidad, a diferencia del estilo frío de los europeos. Una visita al estadio Maracaná en Río, poseedor del récord de asistencia (199.854 personas en la final del Mundial de 1950) logrará que usted se convierta a esta religión mucho antes de que suene el silbato.
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La comida
¿Cajú? ¿Cupuaçu? ¿Pitanga? ¿Jaboticaba? Brasil ha sido bendecido con frutas tropicales ricas en vitaminas y sabor. Aquí la gente ha disfrutado durante mucho tiempo de los beneficios nutricionales del açaí, aunque recién ahora se esté convirtiendo en moda en América del Norte. Al mismo tiempo existen las churrasquerías, con sus desfiles de carne, un concepto singularmente brasileño. Cada comensal recibe una tarjeta: el lado verde significa “más”, el lado rojo significa “suficiente”. Los camareros te atacan con diferentes cortes de carne hasta que uno explota. Alimentos como los frijoles, el arroz y la farofa (harina de mandioca) acompañan a la mayoría de los platos. La comida “rápida” y económica consiste en bolinhos de bacalhau (croquetas de papa y pescado) y coxinha de galinha (croquetas de papa y pollo), fritas y deliciosas.
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La gente
Si uno ha vivido en el hemisferio Norte, sabe por qué es especial el primer día de verano. Después de mucho tiempo de frío se pueden usar pantalones cortos o vestidos veraniegos, sentir la brisa cálida en las piernas y agradecer que la mejor época del año ha llegado. Ese día caminamos sonrientes, relajados, empapados de energía positiva. En Brasil he observado a miles de personas de todas las clases sociales en playas, autobuses, centros comerciales, restaurantes, favelas y calles en general. Muchos de ellos tienen el mismo brillo en sus ojos, una sonrisa inspiradora en su cara… todo el tiempo, todos y cada uno de los días.