1. Hará que te sientas como la persona más grosera del mundo.
Lo primero que hará al cruzar tu puerta será saludarte con un abrazo como si fueras lo más importante en su mundo, te agradecerá por cualquier detalle, te ayudará en todo lo que le permitas e insistirá en ayudarte en lo que no, hasta que logre hacer su santa voluntad. Cuando se retire, se despedirá de ti con más agradecimientos y reiterará que ahora su casa está a tu entera disposición… y lo dice en serio.