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10 soluciones poco probadas para problemas comunes, cortesía del ingenio mexicano

México
by Rulo Luna Ramos 9 Feb 2018

1. La Coca para la indigestión

Porque nada quita mejor un dolor de panza que un montón de saborizantes artificiales, azúcar y agua carbonatada. Algunas versiones de este remedio consideran fundamental quitarle el gas a la Coca, otras dicen que el Sidral Mundet —no puede ser cualquier refresco de manzana, tiene que ser Sidral Mundet— es mucho mejor tónico. Para los que luego se preguntan de dónde nos viene la adicción al refresco.

2. Una vela para todo

Ese puesto del mercado donde compras los inciensos y siempre huele medio extraño, también es especialista en velas contra todos los males. Está la vela de chile que atrae el dinero, la que atrae el amor, la de los siete poderes, la corta envidias, la que quita los celos, la que le da celos al de junto… en fin, estas velas tienen tantas propiedades como combinaciones de colores e ingredientes y son más económicas que ir a terapia. Tú nada más Imagínate las posibilidades.

3. El hilito rojo contra el hipo

El hipo es una contracción involuntaria del diafragma provocada por una alteración en las terminaciones nerviosas circundantes. El exceso de comida, los cambios de temperatura, una noche de alcoholes y algunas condiciones médicas pueden provocar ataques de hipo y estos se pueden controlar con ejercicios de respiración… Claro que todo esto vale madres ante la fuerza del hilito rojo en la frente, remedio sagrado para sacar las fuerzas del mal del cuerpo de los escuincles y —ya de paso— quitarles el hipo.

4. El bolillo para el susto

¿Será que el migajón absorbe las moléculas de susto en el organismo y ayuda a procesarlas? Probablemente no. Lo que es cierto es que después de un buen susto te puede doler la panza por un súbito incremento en el ácido gástrico, pero para esto conviene más echarse un Melox que un bolillo del día anterior… Ah, porque eso sí, el bolillo duro es mucho mejor que un bolillo fresquito y suavecito.

5. El salivazo en las orejas anti regaños

Una técnica que va muy de la mano con la filosofía de más vale pedir perdón que pedir permiso. Por ahí se dice que embarrarse la oreja de saliva después de andar retando a la autoridad —entiéndase por autoridad a la progenitora— evitará el inminente regaño o por lo menos hará que este disminuya en intensidad. Otros dicen que no hay nada mejor para la buena suerte (una versión más glandular de no sobarse el codo después de meterse un madrazo) y otros más aseguran que este ritual los puede salvar de un buen resfriado si los agarró un tormentón en la calle.

6. El pajarito contra la atragantada

Normalmente se usa en los niños, pero muchos tienen bastante arraigada esta costumbre y la usan cada que alguien se atraganta con un bocado o tiene un ataque súbito de tos, sin importar la edad. La técnica consiste en tronar los dedos por lo alto mientras se exclama “pajarito, pajarito”. Este despliegue sin sentido puede servir para que el sujeto en apuros voltee hacia arriba y despeje las vías respiratorias (claro que una persona que nunca haya visto esto puede tener un ataque de risa y la cosa se pone peor). Unas palmaditas en la espalda o la maniobra de Heimlich funcionan mil veces mejor, pero ¿qué gracia tiene todo esto sin el pajarito?

7. La botella de agua espanta perros

Este hábito, consistente en explorar la fobia de los perros hacia las botellas con agua, se viralizó más rápido que el uso del hongo michoacano. El método científico brilló por su ausencia durante algunos años mientras miles de botellas de agua llenaban jardineras, banquetas y otros espacios públicos que requerían urgentemente de un remedio contra la creciente embestida de perros meones. Aunque en años recientes la mayoría de los practicantes de esta técnica ha desistido en sus intentos, por ahí todavía se pueden encontrar botellas de contenidos añejos que siguen en pie de lucha.

8. Azúcar para el madrazo en la cabeza

Nada previene mejor el chichón y las posibles consecuencias de una concusión como una cataplasma de azúcar con miel, aceite, agua o hasta VapoRub. Bueno, también podrías poner hielo para desinflamar, llevar al chamaco al doctor de inmediato o hacerle unos estudios para ver que todo siga en su lugar, pero ¿dónde queda la dulzura en todos esos tratamientos?

9. La bolsa espanta moscas

Ok, este no es exclusivo de México, pero es un remedio bastante socorrido en nuestras tierras. Hay quienes opinan que la difracción de la luz es la kriptonita de las moscas y hasta tienen argumentos elevadísimos en los que se mencionan ojos compuestos, ilusiones ópticas y la fatalidad en el mundo mosquil. La verdad es que yo he visto muchas moscas —con todos sus montones de ojos— bien felices dando vueltas alrededor de las susodichas bolsas.

10. El atole de bombones para la tos

Este es uno de los remedios más ricos del imaginario mexicano. Supongo que su propagación se debe a que a todo el mundo le prende la idea de echarse unos litros de atole de bombones para curarse lo que sea, independientemente de los resultados. Hay quienes incluso aseguran que los bombones tienen que ser de cierto color para que el menjurge surta efecto. Los resultados son tan efectivos como los del collar de limones para quitarle la tos a los perros, pero ¡ah, qué bueno es!

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