1. Los cuetes no te parecen tan bonitos como a otros.
¡Y es que no hay día en que no se oigan cuetes! Ya sea por el un santo, por el cumpleaños de doña Lupe o por los 15 de Dayana, te es normal oírlos durante todo el día… y toda la noche.
2. Las procesiones religiosas son parte de tu vida diaria.
Son, junto con los cuetes, de esas cosas que no pueden faltar ni un solo día en Xochimilco. Y cómo van a pasar desapercibidas si tapan toda la calle, los cuetes las anuncian y la música de la banda se oye en varias cuadras a la redonda…