Su mamá es INTOCABLE.
Aunque esté muy grandecito, es el consentido de mamá. Es la mujer que lo ha consentido toda su vida. Ella curó sus heridas y rasponazos cuando era niño, le sigue preparando su platillo favorito cuando cumple años y, de vez en cuando, se compadece de sus crudas y lo despierta con el mejor remedio posible: chilaquiles y salsa picosísima. ¿Cómo no la va a querer? Deja pasar cualquier problema con la señora de la casa, o te arriesgas a convertir una sencilla discusión en la guerra de Troya.