1. EL PUENTE DE LOS DUENDES
Cuenta la leyenda que una noche, después de haber tomado unas cuantas copas, un tal Hilario caminaba hacia su casa. Mientras cruzaba uno de los puentes de Tehuacán, Hilario vio una gallina blanca. Él la persiguió hasta debajo del puente, donde logró ver que la gallina se transformaba en un pequeño duende y de pronto, sin darse cuenta cómo, Hilario se encontró rodeado de una decena de duendes que lo atacaban sin piedad. Hilario logró escapar y dio voces de lo sucedido justo antes de abandonar la ciudad. Los lugareños aseguran escuchar risas macabras que vienen de la parte más obscura de aquel puente, además de encontrar con regularidad pequeñas huellas de sangre. Si yo fuera tú, nunca me detendría en ningún puente de Tehuacán.