1. El calor.
En Guayaquil se sobrevive a punta de sombra, ventilador, aire acondicionado, bebidas heladas y Menticol. El calor de la ciudad es tan salvaje, que la arquitectura colonial guayaquileña está hecha para el flujo de aire y para dar sombra. Todo vehículo guayaco moderno tiene el termostato calibrado para hacer cagar de frío hasta a los duendes de Papá Noel. Punto a favor, ninguna chela se servirá caliente.