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11 cosas que le pasan a un almeriense cuando sale de Almería

Almería
by Eva Castillo 23 May 2017

1. Descubre que RENFE tiene tejida una gran red de líneas ferroviarias.

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Sí, sí, hay ciudades que para desplazarse de pueblo a pueblo se puede usar el tren con varias paradas y por varios trazados. ¡Incluso hay diferentes modelos de trenes! Sin embargo, a Almería, actualmente, llegan el R-599 procedente de Sevilla-Santa Justa y el Talgo (este último es un AVE camuflado :D) desde Madrid-Chamartín y nada más; porque si quieres ir a Murcia o en otra dirección deberás plantearte otro medio de transporte que no sea el tren.

2. Descubre que en los bares no hay tapas como las de Almería y si las hay (parecidas) no son gratis con la bebida.


Es algo muy chocante para los almerienses ir a un bar de fuera de Almería y que el camarero una vez te sirva la bebida no te diga: tenemos chipirones, migas, tabernero, carne con tomate, jibia plancha, bravas, chérigans de tortilla, arroz, pinchos, calamares fritos…

3. Descubre que el castellano es muy cortito en vocabulario.


¿Cómo pueden vivir el resto de los españoles sin el apañíco, sin cacharricos, sin empercudío, sin follaicovivo, sin lominmitico, sin retestinao, sin rabúa, sin lapachero…?

4. Echa de menos que no llueva.


Un almeriense, por lo general, desea que algunos días al año en Almería llueva como Dios manda. Cuando está fuera y descubre que existen semanas completas, con sus siete días consecutivos de lluvia imparable, empieza a añorar esa aridez permanente y estática de su tierra. ¡Incluso en ocasiones echa de menos el viento caliente de Levante procedente del Sáhara con su correspondiente arena cual te impide respirar en pleno mes de agosto!

5. Descubre que las playas de Almería no tienen nada que envidiarle a las de…


… Punta Cana, Cancún, Las Bahamas, Jamaica, La Habana, o cualquier otro «paraíso turístico».

6. Se da cuenta de que Almería es un destino ideal para cualquier tipo de turista.


Y es que Almería ¡lo tiene todo! Playa, montaña, desierto, humedales, nieve, mucho sol, cultura, historia, patrimonio, arte… y, en algunas ocasiones, esta diversidad de recursos no la encuentra el almeriense fuera de su tierra, unificada en una sola provincia, por más que la busque.

7. Añora salir de fiesta los domingos.

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De sobra es sabido, que aunque el lunes haya que ir trabajar, al almeriense si se le presenta salir de fiesta un domingo por la tarde y acabar media hora antes de irse al curro el lunes por la mañana, lo hace y punto.

8. No puede hacerse fotos de pies con fondo de playas paradisíacas.

Una publicación compartida de Paz Junco (@pazjunco) el


¡Es imposible que las famosas fotitos de pies con fondo de mar salgan tan bonitas en cualquier otro lugar que no sea en playas de Almería!

9. Descubre la sequedad en la piel.


Y es que, a pesar de que Almería tiene su propio desierto, la humedad impregnada en la piel es parte de la cultura e identidad de los almerienses. Sí, sí. Ir a cualquier ciudad de interior y sentir esa sequedad en el cuerpo es un poco impactante cuando vives con el salitre y la humedad del Mediterráneo prácticamente incrustada en los poros.

10. Anhela los chiringuitos de playa.


El almeriense cuando sale de Almería hacia el interior intenta por todos los medios encontrar algo lo más parecido a un chiringuito de playa. Si encuentra algo cerquita, que le dé un aire, en la ribera de un río, a los pies de un lago o en una plaza con una gran fuente de agua, puede darse con un canto en los dientes.

11. Descubre que los pueblos de fuera no tienen el encanto de los del sur.


Paredes blancas resplandecientes, con macetas de geranios, rosas o cactus en las ventanas, cargados de historia y tradiciones artesanas, de fiestas populares y de ambiente folklórico en las calles… casi imposible encontrarlo en otros lugares que no sea el sur.