Es el único país del mundo que tiene un indicador denominado “Felicidad Interior Bruta”, que mide la calidad de vida de la población.
Aunque la economía es importante, en Bután piensan que no es lo único, y que tiene tanta o más importancia la cultura, el espíritu y el medio ambiente. Llama la atención también que no existen semáforos en ninguna de sus ciudades, siendo Thimphu quizá la única capital del mundo sin semáforos. Y en 1999, prohibieron las bolsas de plástico por la contaminación que estas provocan, una medida que se re-introdujo en 2005 y que continúa siendo difícil de implementar.
Sin embargo, no todo es alegría en el reino de la felicidad. Hay disputas y problemas de reconocimiento de los ciudadanos butaneses de la etnia Lhotshampa. Ellos están viviendo en campamentos para refugiados, ya que fueron deportados desde Bután al Este de Nepal. Se calcula que son alrededor de 100000 las personas que el gobierno butanés no reconoce.