1. Tomar “once” en la tarde sin importar donde uno esté.
Un break en el medio de la tarde es demasiado necesario, sea donde sea que uno esté. Tomar un tecito con un pan con palta o queso (siempre que uno encuentre pan parecido a una marraqueta), o comer unos pastelitos, un pedacito de pie de limón, queque o kuchen… El tema es que en Estados Unidos la once no existe, así que si uno come tipo 5 o 6 de la tarde, los demás pensarán que se trata de un «early dinner». No me importan que piensen que tengo horarios para comer más raros que los hobbits: la once es imprescindible y no se negocia.