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11 defectos de los panameños que el resto del mundo desearía tener

Panama
by Natalie Jurado 22 Jun 2018

1. Somos felicianos

A los panameños nos encanta tener motivos para celebrar, para reírnos, para festejar… y si no los tenemos, los fabricamos. Clasificamos al mundial y nos abocamos a las calles a celebrar y el presidente hasta decretó día libre. Perdimos en el juego debut ante Bélgica, pero igual estamos felices, celebramos e impresionamos a Sochi con nuestra alegría porque a pesar del resultado la selección se dejó el corazón en la cancha.

Seguro que a los empresarios no les parece tan positivo nuestro espíritu alegre y fiestero, pero a nosotros nos encanta ser así.

2. Nos gusta el contacto físico

Los apretones de manos fuertes, las palmadas en la espalda, los abrazos de oso, los besos. Los panameños demostramos afecto con contacto físico, somos latinos, no lo podemos (ni queremos) evitar. Para algunas culturas esto es impensable, pero para nosotros es de lo más rico.

3. Nos gusta la rumba infinita

Somos capaces de amanecer fiestando y de extender la celebración por días si la situación, las circunstancias y los recursos nos lo permiten. Para muestra los arranques de Carnavales, fiestas patrias o de fin de año.

4. Somos metiches

En la mayoría de los casos esto es un defecto, pero también se puede tomar como una virtud. Es raro que en Panamá alguien (sin una condición o predisposición a la depresión, por ejemplo) se sienta solo, solo de verdad. Aquí, los vecinos se conocen, se saludan y hasta nos ayudan a echar un vistazo al carro y la casa cuando nos vamos de viaje, la gente crea vínculos con el dueño de la tiendita más cercana o con el seguridad del trabajo y siempre, pero siempre, tiene cerca a alguien que tiene una cocoa sobre otra persona.

5. Somos bulleros

Los panameños nos hacemos notar, nos gustan las fiestas con música (que si no, no es fiesta), hablamos alto (que no es lo mismo que gritar) y si nos vamos a Rusia a apoyar a la selección nos vamos con murga y todo para encender el lugar y poner a todos a bailar.

6. Chiliamos la vida

“Hey, no te preocupes, tómatelo con calma”. Nos tomamos las cosas con tranquilidad, nada nos mata. Esto está especialmente arraigado en la costa, pero en la capital, donde todo va más rápido y el estrés es un mal generalizado, los panameños también nos damos el lujo de tomarnos las cosas con calma o de esperar hasta el último momento para hacerlas.

7. Nos gusta disfrutar la vida

Mientras algunos viven para trabajar, los panameños (en general) preferimos trabajar para vivir, para tomarnos una caja de pintas (o dos o más) con los amigos los viernes, para salir de rumba, para compartir con la familia o incluso para viajar. Como dice el eslogan de un banco por aquí, preferimos ser “vidallonarios” que vivir esclavos del trabajo.

8. Nos gustan las cosas gratis

¿Y a quién no? Si hay comida, bebida u otro incentivo gratis, los panameños nos lanzamos de cabeza. Y lastimosamente de eso se aprovechan los políticos, especialistas en regalar pavos y bicicletas cerca de las navidades para tenernos “contentos”.

9. Todo se nos resbala

Los panameños somos imperturbables (para algunas cosas). Que se daña o se acaba algo, “no te preocupes, Dios proveerá”. Nos enojamos por lo que pasa a nuestro alrededor, pero al rato se nos pasa. Por ejemplo, los políticos obran mal, la gente los critica, a ellos se les resbala lo que les digan y después de un feriado o alguna noticia grande, a los panameños se nos olvida por qué estábamos enojados.

10. Somos confianzudos

Dependiendo de su nivel de extroversión, un panameño puede desarrollar la capacidad de pasar solo un rato con un completo desconocido y terminar sabiendo cuánto gana, dónde vive, dónde trabajan o estudian sus hijos y mucho más. Esto es todo un arte y aquí hay muchos que lo dominan.

11. Nos gusta el cerdeo

Nuestra comida no es necesariamente la más saludable, pero es sabrosa así es que nos encanta comer. La oferta de restaurantes en Panamá es cada vez más variada, por lo que es posible dar rienda suelta a nuestro apetito con platillos de diversas partes del mundo disfrutando solos, con amigos, en pareja o en familia.