1. A aflojar la cédula.
En Guayaquil, tu cédula es una tarjeta de acceso universal. Si no la has renovado recientemente, tu cédula ha sido más manoseada que tubo de buseta, y probablemente la has empeñado hasta para la chancleta de la cerveza.
2. A regatear.
Si has visitado la Bahía, sabes dónde comprar ropa, dónde arreglar tu celular, y lo mejor, dónde comprar películas baratas. Pero pagar poco por algo que no se ha estrenado ni el cine no es suficiente: sabes regatear como guayaco de verdad: