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12 cosas que debes saber antes de hacerte amigo de un gallego

Galicia
by Ana Bulnes 28 Aug 2017

1. No le caes mal

O quizá sí, vale, pero no llegues a esa conclusión solo porque en vuestros primeros encuentros no te habla y notas que te mira de arriba abajo, te está examinando para ver si vales o no la pena: no significa que te haya descartado. Dentro de muchos años, cuando ya no haya dudas sobre vuestra amistad, le dirás eso que nos han dicho a muchos gallegos nuestros amigos de otras partes: «al principio creía que te caía mal».

2. Intentar beber a su ritmo no es buena idea

¿Intentarías mantenerle el ritmo a un compañero de copas ruso o finlandés? No, nunca (si lo hiciste cuando eras más joven seguro que todavía tienes resaca solo con recordarlo). Con los gallegos pasa un poco igual, especialmente si estás en su terreno de juego, en Galicia con brebajes autóctonos. Él o ella saben su límite de licor café, queimada o Albariño. Tú no conoces el tuyo, pero hay algo seguro: es muy inferior al de tu nuevo amigo. Bebe con sentidiño.

3. Sí, se puede ser ateo y creyente a la vez

No intentes entenderlo. Tu amigo gallego más ateo, ese que despotrica contra la Iglesia, está todo el día blasfemando y mantiene siempre una actitud cínica hacia el mundo de lo paranormal, puede también hablarte de la Santa Compaña como algo real, recitar el conxuro de la queimada con demasiado sentimiento o mover tierra y cielo para conseguir las siete hierbas de San Juan con las que preparar el agua con la que se lavará la cara la mañana del 24 de junio. ¿Por tradición? Claro. ¿Por si acaso? También.

4. Tendrá las mejores historias (y serán todas ciertas)

Recuerda que de Galicia es la señora que dice ser dueña del sol, la vidente del ex president Pujol, y el que se fue a casa a vestirse de buzo para rematar una pelea de bar con un arpón. Tu amiga gallega te hablará en detalle de no sé qué hija de una amiga de su madre que fue a O Corpiño a un exorcismo, de reyertas entre familias que duran generaciones, de aquel vecino de la aldea que al volver del puticlub se cayó en un pilón y se quedó atrapado. Lo de la drogha en el Colacao no es nada.

5. Dirás adiós a tus tiempos compuestos

De pronto, te darás cuenta de que son casi superfluos, innecesarios, que van en contra de la máxima de la economía lingüística. Una economía lingüística que irás adoptando poco a poco sin darte cuenta, hasta que te des cuenta de que eres capaz de transmitir cualquier cosa con un simple «bueno…».

6. Te cebará

O eso creerás que está haciendo hasta que vayas a comer a casa de sus padres o sus abuelos o a su boda. ¿Tiene límite el estómago? En Galicia, no.

7. Tendrás que hablar del tiempo

Y descubrirás que esas conversaciones mirando al cielo no son simple charla incómoda de ascensor. No. Son conversaciones sobre el universo, el sentido de la vida, el futuro y lo pequeños que somos. Empezará cuando tu amigo gallego mire hacia arriba y pregunte «¿abrirá?». Prepárate para una de las conversaciones más profundas de tu vida.

8. No te fíes cuando diga que el agua del mar está buena

Tenéis sensores de temperatura diferentes. Báñate, claro, no hay nada más divertido, pero no esperes agua mediterránea. El Atlántico es algo más fresquito.

9. Una profunda crisis existencialista hará que se tambaleen todas tus creencias

Cuando tu amiga empiece a pedirte más y más detalles antes de contestarte a una pregunta, tú también te lo empezarás a preguntar todo, replanteándote hasta cosas que tenías tan claras como tu propio nombre. No te preocupes, saldrás de la crisis siendo más sabio.

10. Aprenderás a apreciar el verano de verdad

El verano era para ti solo una estación más, esa que deseabas por el buen tiempo y las vacaciones. Con tu amigo gallego comprenderás que el verano es LA estación, y que no llega todos los años: porque hay veranos buenos (esos que son sublimes) y veranos inexistentes. Y los veranos buenos son en Galicia perfectos. Esta apreciación reverencial del verano la encontrarás solo entre gallegos y, quizá, entre finlandeses.

11. Desbloquearás una red de contactos internacional

Si la vida fuese un videojuego, la amistad con un gallego sería una de esas cosas que quieres conseguir a toda costa, no solo por cómo rellena tus niveles de energía, bienestar y comida, sino también por lo que desbloquea: ¡toda una red mundial de amigos de primos de amigos de tu amigo gallego! Esa red de galeguidade queda abierta para ti, que serás recibido en cualquier lugar del mundo sin necesidad de pensar en los cuatro grados de separación.

12. Un día te invitará a la aldea

Y descubrirás que la amistad es seria y para siempre. Es allí cuando contarás aquello de que al principio creías que le caías mal.