1. Tomar.
No por nada lideramos en el continente el consumo per cápita de alcohol. La nueva generación lo sabe, vez que salimos del país nos sorprende que la gente tome cervezas por la noche, o que comparta una botella de vino. Nosotros compartimos pisco, 35º de puro poder.
2. Cantar el himno nacional.
En partidos de fútbol, para el “18” o simplemente en momentos de euforia, no falta la ocasión para sacar a flote el patriotismo exacerbado ¿La marsellesa? Sí, tal vez es más linda y simbólica, pero nadie más canta el himno nacional como si al acabarse nos fuéramos a morir, nadie.