La sopa aguada.
Aún cuando de niño sufriste por tener que terminar un plato de sopa que parecía no tener fin, debes aceptar que las madres mexicanas hacen la mejor sopa aguada del mundo y no hay discusión posible en este punto.
Llamarte de distintas maneras de acuerdo a su estado de ánimo.
M’hijito: todo está en calma y armonía.
M’hijo: todo bien, pero podría estar mejor.
Juan: Algo hiciste o no hiciste… y ya se dio cuenta.
Juan Alfonso: los dos nombres ya preocupan.
Juan Alfonso Sánchez: ya valió madre.