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12 males comunes que los gallegos solucionamos con magia

Galicia
by Ana Bulnes 10 May 2018

¿Lo has probado todo? ¿El fisio no te ha arreglado la espalda y ningún tratamiento de fertilidad funciona? ¿Sientes que estudias pero no aprendes nada? ¿Estás enamorado y no te corresponden? ¿Te atormentan dudas existenciales? En tierra de meigas, no hay nada para lo que no tengamos solución. Unas hierbas mágicas, el poder mágico de las olas del mar o el contacto con los espíritus que viven en la piedra te ayudarán. Y, si no funciona (porque, ejem, no es que sean soluciones probadas científicamente), por lo menos harás algo de turismo por lugares tan bonitos que harán que tu espíritu salga un poco más contento. Y eso siempre es importante.

1. Me duele la espalda

Tendrás que irte hasta Muxía, en A Coruña. Allí, en la punta de la península y junto al mar, está el santuario de la Virxe da Barca. La leyenda dice que aquí, montada en una barca de piedra se le apareció la Virgen al apóstol Santiago para decirle que volviese a Palestina. Y los restos de esa barca están entre las numerosas rocas que hay en la orilla. La piedra que nos ocupa ahora (porque hay más) es la que se supone que era la vela: conocida como pedra dos cadrís, tiene forma de riñón o hueso ilíaco (depende de por dónde la mires) y promete curar los males de espalda —especialmente de la zona lumbar— si pasas nueve veces por debajo de ella.

2. Quiero tener un bebé

Hay bastantes ritos de fertilidad en Galicia, pero el estrella es el que te dice que te vayas a la playa de A Lanzada, en la provincia de Pontevedra, y busques, delante de la ermita, una serie de piedras con forma de cama. Ya ves por dónde van los tiros, ¿no? La «cuna da Santa» acoge a las parejas que quieran tener descendencia y estén teniendo problemas para lograrlo. El rito consiste en ponerse a intentar concebir en la cuna (no parece cómodo, pero eh, nadie dijo que fuera fácil) y a continuación bañarse en el mar (ella, pero él puede ser solidario y acompañarla) y dejar que nueve olas le mojen la barriga. El pequeño detalle que hace que la logística sea más complicada y, digamos, rara, es que esto hay que hacerlo la víspera de San Juan y que es un ritual bastante popular… vaya, que hay que hacer cola para ese momento ya no tan íntimo (¡qué bien, rodeado de otras parejas esperando su turno (y el ocasional voyeur)!) sobre las rocas.

3. Quiero bautizarlo antes de que nazca, por si acaso

Todos los trabajos de esa noche de sexo casi comunal en A Lanzada que prefieres olvidar han dado fruto y por fin estás embarazada (o tu pareja lo está). Ahora se trata de llevar ese embarazo a buen término porque no piensas volver a pasar la noche de la víspera de San Juan haciendo cola para retozar sobre unas rocas. Para eso, nada como un llamado bautismo anticipado, que se dice que además tiene propiedades antiabortivas.

Para esto, debes irte a un puente con propiedades mágicas (puedes encontrar la lista aquí) un poco antes de la medianoche, acompañada de dos personas. Cada una de ellas se colocará en un extremo del puente y tú (la embarazada) en el centro. Tus dos amigos se ocuparán de que nadie (ni persona ni animal) cruce el puente antes de las 12. Después ya de la medianoche, cualquier persona que quiera cruzar puede hacerlo… si acepta ser el padrino o madrina del futuro bebé. Lo único que tiene que hacer esa persona es acercarse a la mujer, coger el cubo que esta le da y llenarla con agua del río, con la que le mojará la barriga diciendo lo que se dice en un bautismo normal, pero sin decir «amén» al final, ojo (si lo dices, prepárate para volver a A Lanzada). Y después, que para algo esto es Galicia, ¡fiesta y banquete! Al acabar, se tira todo lo que sobra al río (no, esto no es muy ecológico). Cuando nace el niño se celebra un bautizo normal y, sí, el padrino o madrina debe ser el mismo.

4. Quiero aprobar

Antes de nada, lo siento: hace diez años que está prohibido hacer esto, por eso de proteger el patrimonio y tal, pero por si encuentras una forma de acercarte aquí o la idea te inspira otra similar que creas que se puede adaptar… Lo que hicimos todos los estudiantes que anduvimos por Santiago de Compostela antes de 2008 para asegurarnos buenos resultados en los exámenes fue entrar en la catedral y, en la base de la columna del parteluz del Pórtico de la Gloria (¡pero por detrás! mucha gente se confundía y daba cabezazos a la escultura equivocada), donde se encuentra arrodillado el Mestre Mateo, aka Santo dos Croques, agacharnos hacia él y darle un cabezazo en la frente. Cuanto más fuerte, decía la leyenda, mejor. Así, el Mestre Mateo traspasaba toda su inteligencia y sabiduría al estudiante para que sus exámenes saliesen bien.

5. No sé qué estudiar

Muy bien lo del Santo dos Croques, te dices, pero antes me gustaría saber qué carrera debo estudiar. ¿Estás indeciso? ¿No tienes ni idea de por qué carrera decidirte? También en Santiago, muy cerquita de la catedral, encontrarás la respuesta. Dirígete desde el Obradoiro hacia la Rúa do Franco. Ya al principio, a mano derecha, te encontrarás con el Instituto Padre Sarmiento de Estudios Gallegos, en cuya fachada hay una ventana con un árbol de la ciencia. Sitúate de espaldas a él y, así sin mirar, coloca una mano sobre algún punto de la ventana. Gírate sin despegar el dedo y… ¡estarás señalando la carrera —o rama— que debes estudiar!

6. Tengo la piel fatal

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Puedes hacer lo clásico de ir a Ourense a las termas y dejar que el agua hipermineralizada te deje la piel suave y perfecta como la de un bebé (¡también trata el reuma!) o, si prefieres seguir entregándole tu cuerpo a lo sobrenatural, irte hasta Caión, en A Coruña. Allí, al lado de la iglesia parroquial de Nosa Señora dos Milagres, hay una fuente, conocida con Fonte Santa, de cuya agua se dice que tiene propiedades curativas y que es buenísima para la piel. Si vas el 8 de septiembre, podrás ir en romería.

7. Creo que alguien me ha echado un mal de ojo

¿Has sido destinatario de alguna maldición? ¿Te han echado un mal de ojo? ¿Has pillado un aire de difunto? ¿Campa a sus anchas el diablo dentro de ti? No te preocupes, porque en esto somos expertos internacionales. Contra el meigallo o mal de ojo puedes, por ejemplo, irte hasta Lusquiños, en Tomeza (Pontevedra), dar nueve vueltas en sentido contrario a las agujas del reloj a la ermita de San Cibrán, e ir tirándole piedras a su tejado (asegúrate de que se quedan en el tejado, habrá más garantías).

Contra el aire, común en niños, hay rituales complejos que implican llevar al pequeño al cementerio de noche y ponerlo al pie de un olivo y realizar una serie de operaciones (léelo aquí) o lavarlo con agua que haya pasado por siete molinos.

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Si hablamos más bien de una posesión diabólica, quizá sea necesario recurrir al exorcismo. Esto era fácil hace unos años, teníamos dos exorcistas estrella, uno en O Corpiño, Lalín, y otro en San Campio, Tomiño, pero ya no podemos recurrir a ellos: el primero falleció en 2015 y el segundo fue acusado de abusos sexuales y expulsado de la Iglesia (en teoría puede seguir ejerciendo de exorcista —como freelance, supongo—, pero casi mejor encontrar otro remedio o aprender a convivir con el demonio).

Ante la duda, busca un curandeiro de confianza y que te diga qué hacer. Ten laurel y xestas (retama) a mano.

8. Tengo una pregunta

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¿Buscas una solución a un dilema que te atormenta desde hace tiempo? Para esto también tenemos remedio: debes hacerle la pregunta a un druida… de piedra. Está en el Monte Pindo, en Carnota (A Coruña), conocido también como el Olimpo celta. Lo reconocerás enseguida: está lleno de grandes rocas de formas curiosas. Una de ellas, de forma antropomorfa, es la que nos interesa: según parece, es un druida (o un guerrero, pero aquí nos interesa que sea druida) y te dará la respuesta que buscas.

Y aunque el efecto del druida no sea instantáneo, seguro que estar en un lugar así, lleno de rincones singulares, te inspira y se lleva tus problemas (ahí están la cascada de Ézaro, la única de Europa que desemboca en el mar; la playa de Carnota, de 7 kilómetros, es la más larga de Galicia; y la propia cumbre de O Pindo, A Moa, está llena de leyendas sobre meigas).

9. Me gustaría llevar una vida (¿muerte?) tranquila en el más allá

Si tu ideal de vida en el más allá no incluye tener que peregrinar como alma en pena o reencarnado en algún animalillo a ningún sitio, haz los deberes antes de morir: ¡vete a San Andrés de Teixido ya! Porque el dicho lo dice bien claro: a San Andrés de Teixido vai de morto quen non foi de vivo. Pero no te preocupes, visitar esta ermita situada en lo alto de un acantilado vale mucho la pena, tanto que ni te importaría volver como espíritu aunque ya hayas ido de vivo. Están las vistas, están las curiosas figuritas de masa de pan (sanandreses) que podrás comprar allí y que te ofrecerán una protección extra en distintos aspectos de tu vida terrenal, está la fuente de los tres caños (si bebes de los tres se te cumplirá el deseo que pidas, pero es agua no potable, así que allá tú), está la tradición de subir con una piedrecita y tirarla en el milladoiro (un montón de piedras) al llegar arriba como prueba de que has hecho la peregrinación… Y las vistas, insisto. Que seguro que lo disfrutas todo igual aunque tengas que subir reencarnado en sapo.

10. Tengo problemas de amores

Cuando vayas a San Andrés de Teixido, aprovecha para hacerte con un ramillete de herbas de namorar, que crecen en la zona (las hay en más sitios de Galicia). En San Juan, si aún no tienes con quién acudir a la cuna da Santa de A Lanzada, métesela al objeto (persona, no nos confundamos) de tu deseo en el bolsillo o en el travesero de su puerta sin que se dé cuenta y solo tendrá ojos para ti. Pero tienes que estar seguro, no elijas a cualquiera, porque ¡el hechizo es para siempre!

11. Me he caído y tengo un esguince o una articulación dislocada

Pregunta y busca un compoñedor de confianza. Este remedio tiene poco de magia y te darás cuenta en el momento de la recolocación: te dolerá un momento (aunque suelen hacer el movimiento de clavar los dedos en el tendón cuando no te lo esperas), pero con unos par de días de reposo (imprescindibles, aseguran que no hacen milagros) estarás como nuevo. Si hay rotura, eso sí, tendrás que ir por la vía convencional y acudir al médico. (Por el médico pasa siempre, por si acaso, y no le cuentes que has ido a un compoñedor, que la mayoría no lo llevan bien).

12. Soy un poco paranoico y me gustaría protegerme de cosas, así en general

La lista de rituales y cosas que puedes hacer para protegerte es interminable, pero lo más fácil, extendido y socialmente aceptado —no todo el mundo entenderá lo de decidir tu futuro según donde caiga tu mano en un árbol de la ciencia— es centrarte en la noche de San Juan y hacer un completo: salta las hogueras (¡nueve veces!), báñate en el mar y salta nueve olas (pero sobrio y con sentidiño, nada de zambullirse en alerta amarilla, naranja o roja), bebe queimada con conxuro, y prepara las hierbas de San Juan en una tina con agua y lávate la cara con ellas a la mañana siguiente. ¡Tendrás un año de superprotección ante cualquier mal!