1. Cuando prestas un libro y no te lo devuelven hasta mucho, mucho, mucho tiempo después.
Posiblemente esta es la peor pesadilla de todo el mundo que ama sus libros por encima de todas las cosas (o una de ellas, si seguís leyendo encontraréis mucho más material para no dormir). La base de los préstamos (y lo mismo sucede con los que tomas en la biblioteca) es que tienen fecha de caducidad. Se podría añadir, sin embargo, la alegría desbordante que se siente cuando se recupera el libro perdido.