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Disfrutar de una enorme fiesta por cuatro días seguidos, las 24 horas, no va contigo. Eso trae mucho cansancio.
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No te atrae la idea de que durante una fiesta, los habitantes de un pueblo dejen sus amistades a un lado, se separen en “calle arriba” y “calle abajo” y se dediquen a pelear sobre quién está dando el espectáculo más grandioso. Eso tiene un aspecto bélico que no te agrada.
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3
¿Cada calle tiene una reina, que es una de las principales fuerzas para medir el espectáculo llevado a cabo por su bando? No gracias, las monarquías absolutas se abolieron de casi todo el mundo por una buena razón.
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Intermedio
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¿Además hay princesas y toda una corte que acompaña a cada reina, preparándose para algún día ocupar el trono del carnaval de su calle? ¡Vaya derroche!
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¿Cómo es posible que cada mañana, cada calle saque un carro alegórico distinto? Contando solamente con los cuatro días principales, eso son ocho carros. Demasiado estresante para tus sentidos.
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¿Cómo? ¿Que de noche cada calle se da un paseo en dos carros alegóricos únicos? O sea, ¿16 carros distintos? ¿De dónde vas a sacar el tiempo para admirar cada uno de ellos?
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7
No comprendes cómo es posible que la reina y las damas de la corte usen un vestido distinto en cada desfile, extremadamente detallados y vistosos. Son más asaltos a tus pobres y agotados sentidos.
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Intermedio
8
Vale que hace calor en el trópico, pero prefieres el aire acondicionado a que te rieguen como a una planta en los “culecos”. ¿Luego cómo te secarás?
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9
Crees firmemente en que los espacios personales hay que respetarlos y no te agrada la idea de que los locales se te acerquen y entablen una conversación contigo de la nada. ¿Qué será lo siguiente, que quieran ser tus amigos?
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10
La comida callejera te parece muy peligrosa. No comerías por nada del mundo un sancocho de pollo o unas frituras en una fonda, por más que haya una fila enorme de locales esperando su turno.
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