A primera vista, nadie te soporta.
Te das cuenta en cuanto hablás con alguien de otro lugar de Argentina o de Latinoamérica.
Y no entendés por qué. Si sos lo más seductor que hay…
Es que todos (y todas) quieren descubrir qué hay detrás de nuestra fama de ser soberbios y arrogantes y, al mismo tiempo, tremendamente seductores. Es esa mezcla, nuestro particular ying yang, lo que nos hace irresistibles.