1. Nunca pides sidra en un bar.
Has probado la sidra en Madrid y decidido no hacerlo nunca más: es peor, más cara que en Asturias y solo puedes escanciarla con un pitorro que no es demasiado útil (al menos un escanciador eléctrico…). Mejor esperar a subir a casa o traerte cantidades industriales contigo.
2. Te llevas la bandera de Asturias para no olvidarte de tu tierra.
Aún recuerdo cuando tenía la bandera de Asturias colgada en la pared de mi habitación del Colegio Mayor. Era un signo de orgullo, una forma de estar más cerca de casa e incluso, quedaba bien. Es muy común ver un partido de fútbol o una carrera de motos y ver la bandera asturiana ondeando. ¡Estamos en todos los lados!