Photo: Galicia Sustentable

13 cosas que nunca faltan en una típica casa mexicana

México
by Kiev M. 30 May 2019

Cuando se trata de decorar y elegir los muebles de la casa, las familias mexicanas le dan prioridad a la comodidad y a la conexión emocional sobre las tendencias en diseño de interiores. La ambientación de los espacios en una típica casa mexicana suele ser bastante ecléctica y su funcionalidad podría resultar difícil de entender para quien no esté familiarizado con nuestra cultura. Si creciste en México, de seguro conoces más de una casa con varios de los siguientes elementos.

 

Servilletas y carpetitas bordadas por todos lados

Las carpetitas son la contribución más importante de las abuelitas en la decoración de la casa. Es común ver estos mantelitos multicolor debajo del teléfono, en las mesitas de centro, en las repisas, sobre los sillones, tapando el módem y hasta dándole un toque coqueto al Playstation.

 

El calendario de la carnicería

Si tienes a tu marchante en el mercado o en la pollería de la colonia, no te salvas de estrenar calendario cada año. Y ya que es gratis, pues hay que sacarle provecho. Su carnicería La Esperanza le desea feliz año nuevo o alguna otra frase del estilo, la imagen de un bosque noruego o unos perritos bebés metidos en una canasta, son algunos de los elementos comunes que acompañan a estos calendarios que adornan las paredes de muchas cocinas mexicanas.

 

La colección de manualidades del 10 de mayo

Si de algo estamos seguros en México, es que para las mamás nunca pasan desapercibidas las manualidades que hacen su hijos en la primaria como regalo del 10 de mayo. Las misses de los chamacos son las autoras intelectuales de estos presentes y como muchas de ellas también son mamás, piensan en la practicidad de sus regalos. Por eso no es extraño encontrarse en una casa mexicana con fundas para los rollos de papel higiénico, costureros y hasta contenedores para huevos con la leyenda Te Quiero Mucho Mamá.

 

La vitrina de los recuerditos

No se sabe a ciencia cierta cuál es la fijación de las mamás y las abuelitas por acumular en la vitrina del comedor o de la sala todos esos recuerditos que les dan en bodas, primeras comuniones, bautizos y demás. ¿Será que la vitrina es el lugar más adecuado para los objetos especiales o con algún valor sentimental? Sea como sea, lo cierto es que cuando llegan invitados de más y no hay en qué servir los drinks, a varios nos ha tocado un vaso biselado con la leyenda Recuerdo de mis XV años.

 

La última cena

Leonardo da Vinci nunca se hubiera imaginado el éxito de La última cena en los hogares mexicanos. Y es que no son pocas las familias que cuentan con una copia de esta obra colgada en el comedor o la sala. Siendo sinceros, la presencia de esta obra pocas veces tiene que ver con la apreciación artística de la pintura y es más una forma de dejar en claro el catolicismo de la familia… por si no viste la estampita de este hogar es católico en la ventana que da a la calle.  

 

Las paredes de la sala tapizadas de diplomas

No importa si te titulaste de panzazo, si te aventaste tres años haciendo la tesis o si fuiste el ejemplo a seguir de tus hermanos. Unos papás orgullosos de sus hijos siempre han de querer presumirle a las visitas que en la casa no hay baquetones sino puro licenciado. Y qué mejor forma de hacer esto que mandando enmarcar en dorado todos esos títulos que lo avalan, con todo y sello de la SEP para que no quede duda. Eso sí, después de unos cinco años colgados, los diplomas se vuelven amarillentos y hasta hacen parecer que te graduaste durante el porfiriato.

 

Un equipo de sonido con cara de Transformer

El estéreo es parte esencial de todo hogar mexicano. Es necesario para animar las fiestas y para poner esos cumbiones que hacen más llevadero el quehacer. Este aparato debe ser lo suficientemente potente para que toda la colonia se entere de qué música nos gusta o para avisar que hay pachanga en la casa. Quizás por eso, a la hora de elegir un equipo de sonido, los mexicanos escogemos aquel con la pinta más agresiva y poderosa, algo similar a un Transformer en estado de reposo, esperando entrar en acción cuando se le requiera.

 

El dispensador de agua de garrafón

Tanto los garrafones de agua como su dispensador son elementos bastante comunes en las cocinas mexicanas. Uno podría pensar que la labor del dispensador es facilitar el manejo de los 20 litros de agua empaquetados en PVC; sin embargo, muchos de estos aparatos son poco o nada prácticos, por lo que el cambio de garrafón es siempre un reto que requiere tanto de fuerza como de ingenio.

 

Colección de palmas del Domingo de Ramos

Cada celebración del Domingo de Ramos es una nueva oportunidad para los coleccionistas de palmas. Mi abuelita decía que quemar las palmas podía apaciguar las tormentas. En México, muchas casas están equipadas con un arsenal de palmas como si fuera medida de protección civil.

 

Fotos de bebés y recién casados

Este es otro elemento decorativo que abunda en las paredes de las salas mexicanas. Y a esto es a lo que me refiero cuando digo que para los mexicanos es más importante el vínculo emocional con el espacio que seguir los cánones del diseño. Tener a la vista de propios y extraños las fotos del primer nieto o del casamiento de los hijos es una demostración del orgullo producto del establecimiento y la extensión de la familia.    

 

La tele en la sala

Los mexicanos se reúnen en la sala a ver la tele. Es por esto que no puede faltar una telesota —mientras más grande es mejor— con su servicio de cable y toda la onda para no perderse la novela, los partidos del Tri o la Reina del Sur. También es común que la tele decida reubicarse en el comedor por cuestiones estratégicas, sobre todo para echar el taco a gusto durante el mundial y otros eventos de importancia.

 

Mini cantina para lo que se ofrezca

Entre la sala y el comedor cabe el detalle de distinción: una mini cantina. Cada que llegan los compadres de visita, el señor de la casa se coloca en esa especie de Olimpo para presumir su vasto conocimiento en el mundo de las bebidas espirituosas y hasta saca a relucir sus dotes de barman experto en palomas. En la mini cantina se pueden encontrar desde copas para coñac hasta vasos de plástico, chelas, refrescos de toronja, aguas minerales rezagadas de la última pachanga y bolsitas de cacahuates enchilados.

 

Plantas por todos lados

Muy lejos de lo que supondría la armonía de un jardín zen, para los mexicanos cualquier lugar es bueno para poner plantas. Por eso, no es de extrañarse encontrar casas con jardines en donde los botes de pintura y cubetas viejas son recicladas como macetas.

 

¿Cuántas casas con todo esto conoces? ¿Se nos pasó algo?