De comida tortilla, paella o un buen cocido, eso lo tiene todo el mundo claro. Pero ¿y de postre (o desayuno o merienda o tentempié cuando nos fallan las fuerzas y necesitamos un buen subidón de azúcar)? Ten un vaso de agua cerca. Salivarás y te entrará sed a partes iguales. Y acabarás asaltando la pastelería más cercana.
1. Chocolate con churros
El chocolate debe ser espeso, de esos en los que la cuchara no se hunde; los churros grasientos. La temperatura exterior debe ser fría y tú debes llegar al bar todavía con los guantes puestos. El chocolate caliente y los churros enseguida te harán entrar en calor y ser un poco más feliz. Puedes tomarlo de desayuno, merienda o en la madrugada del 1 de enero. Para irte a dormir con el estómago lleno. Puedes mojar o no el churro en el chocolate, pero no nos engañemos: la gracia está en mojarlo.