Hay muchas razones por las que deberías aprender gallego, pero una de ellas es sin duda la cantidad de expresiones y frases hechas que simplemente no tienen una traducción directa en otros idiomas. O sí la tienen, pero perdiendo una serie de matices por el camino que hacen que la expresión quede, simplemente, peor. ¿De qué estamos hablando? Estas son solo algunas para abrir boca. Las incorporarás enseguida a tu repertorio lingüístico y serán las responsables de que tu proyecto estival o del curso que viene sea apuntarte a clases de gallego.
1. Onde vai!
(¡Dónde va!)
¿Cómo expresar de forma tan clara que algo hace ya mucho tiempo que ha pasado? Esta es una de esas típicas expresiones que los gallegos tendemos a traducir cuando hablamos castellano porque no encontramos un equivalente tan exacto y válido. (Y es de las típicas que descubrimos que son solo gallegas cuando salimos de nuestras fronteras y nos miran raro al decirlas traducidas).
Ej: ¿Que si me saqué el carnet de conducir? Onde vai!
2. Como un pito
(Como un pollito)
Lo típico que sales a la calle confiando en tus conocimientos meteorológicos y en que ese cielo negro va a aguantar sin descargar toda la tarde. Lo típico que resulta que estás equivocado y te pilla la lluvia sin paraguas o chubasquero. Y así acabas, como un pito. Imagina a un pollito mojado. Siempre es empapado, calado hasta los huesos. Y posiblemente tirite un poco, como tú ahora que parece que acabas de salir de la piscina (pero vestido). (En portugués existe también la expresión, algo más clara, como um pinto molhado).
Ej: Te dije que cogieras el paraguas, ahora vienes así, como un pito.
3. Chegar e encher
(Llegar y llenar)
Es nuestro veni, vidi, vici, casi hasta saltándonos la parte de ver para que ese éxito fácil y como caído del cielo sea todavía más rápido. Chegar e encher es lo que pasa cuando nada más empezar un trabajo nos ascienden (en esa realidad paralela en la que eso es todavía posible), cuando consigues comprar la entrada para San Simón a la primera, cuando consigues un sitio perfecto para aparcar un domingo de agosto en la playa sin tener que dar ni una vuelta.
Ej: – ¿No tuviste que aparcar muy lejos?
– Qué va, justo se iba un coche delante del paseo, fue chegar e encher.
4. Quedar como un pepe
Como quedamos tras una buena comida, una de esas de domingo en la aldea. ¿Llenos? No: bien satisfechos y preparados para la siesta después del chupito digestivo de la sobremesa.
Ej: – [Eructo disfrazado de suspiro de placer; nos recostamos en la silla, ponemos las manos sobre la barriga]. Qué bien comí, quedei como un pepe.
5. Tarde piaches!
(¡Piaste tarde!)
Otra expresión con un ave como protagonista. Decimos tarde piaches a cualquiera que ofrece su opinión, desacuerdo o simple respuesta a algo cuando es ya tarde y no tiene mucho sentido.
Ej: [En el coche de camino a la playa]
– Pues yo prefería ir a andar al monte.
– Tarde piaches!
6. Sen tempo non era
(Sin tiempo no era)
¿Ahora me devuelves ese libro que te dejé hace tres años? A buenas horas, amigo, sen tempo non era!
7. Morra o conto
(Muera el cuento)
La mejor forma de zanjar cualquier tema de discusión o conversación o polémica. Por supuesto, solo puedes decir con esperanzas de que te hagan caso lo de morra o conto si eres alguien digno de respeto o en una posición de poder. Es tu madre la que te lo dice a ti, no tú a ella. (Ella se reirá de ti si lo haces).
Ej: – ¡No, no puedes salir a la discoteca el domingo por la tarde sin limpiar tu habitación antes e morra o conto!
8. Con sentidiño!
(¡Con sentidito!)
Otra de esas cosas que te dirá tu madre o tu abuela (o tu padre o tu abuelo) cuando salgas a la sesión de tarde de la discoteca de la aldea, fingiendo que no sabe que haces botellón antes y que tu rapidez al meterte en la cama al llegar a las 10 de la noche no se debe a tu cansancio sino a que estás intentando que no se den cuenta de que no caminas en línea recta. Ya de adulto serio, te lo dicen cuando vas a ir a visitarlos en coche o cuando vuelves a tu casa. Y nada de cruzar en rojo, a Seguriño no le gustaría.
Ej: – ¿Venís en coche al final? Con sentidiño, eh, que no hay prisa.
9. Non vaia ser o demo
(No vaya a ser el diablo)
No es que seamos supersticiosos o especialmente creyentes en lo paranormal. Nuestra posición ante esas otras dimensiones es más la del agnóstico que piensa que no cuesta nada cubrirse las espaldas. Vale, posiblemente no pase nada si pasamos por debajo de esa escalera, pero ¿para qué arriesgarse? El non vaia ser o demo es nuestro «por si acaso», un más vale prevenir que curar, non vaia ser o demo que al final pase eso que era tan improbable.
Ej: Voy a llevar el paraguas, non vaia ser o demo. No quiero acabar como un pito.
10. Malo será!
Pese a la fama y a expresiones como la anterior (que se debe simplemente a que somos gente precavida), los gallegos somos optimistas por naturaleza. Cualquier persona ajena a la fraseología gallega podría pensar que malo será es literal, que es una predicción de desgracias similar al siempre acertado vas caer. No es así. Es nuestro encogimiento de hombros previo al acto temerario.
Ej: Bah, yo dejo el paraguas que no quiero cargar con él. Malo será.
11. Ao chou
Hacer las cosas al azar es mucho más aburrido que hacerlas al chou. El azar parece mucho más planeado, lo que le quita todo el sentido a la expresión.
Ej: – ¿Qué tal el examen?
– Bah, lo hice un poco al chou, a ver qué tal.
12. Aí falaches!
(¡Ahí hablaste!)
Nuestra forma de reconocer que un amigo acaba de decir eso que nos habría gustado decir a nosotros, que ha hilado bien sus ideas, soltado un discurso de esos que hacen que asintamos con cara de Winona Ryder y dejado a su interlocutor sin palabras.
Ej: HERMANO MAYOR: – … y estas son las siete razones por las que todo lo que has hecho es injusto, mamá, y tienes que dejarnos ir a la discoteca este domingo.
HERMANO MENOR: – Aí falaches!
13. E logo?
(¿Y luego?)
Un poco comodín, pero de esos que no valen en cualquier situación. Aprender a usar «e logo?» bien significa que ya te has integrado en Galicia al cien por cien. Sirve como pregunta sola para pedir más detalles a la persona que nos habla sobre lo que acaba de decir (una especie de «¿y eso?»); para introducir preguntas; para responder a cualquier cosa evidente que nos hayan preguntado.
Ej: – Pues al final no voy al festival.
– E logo?