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13 señales de que has hecho tu Erasmus en Madrid

by Uniplaces 6 Oct 2016

¡Una vez Erasmus, siempre Erasmus! Y si has elegido Madrid para vivir esta experiencia seguro que sufres alguno de estos síntomas. Uniplaces, el portal de alojamiento para estudiantes, recopila 13 síntomas que todo Erasmus de Madrid sufre al volver a casa.

1. Sientes decepción y nostalgia cuando en los bares ya no te ponen aperitivo

Tu concepto de ir de bares cambió en cuanto llegaste a Madrid. Antes ibas a beber, luego a beber y picar algo gratis. Te costó acostumbrarte, pero ahora la cerveza sin aceitunas, un pincho de tortilla o ensaladilla rusa ya no te sabe igual.

2. Ya no te la dan con queso cuando vas de tapas

¡Tú que pensabas que unas míseras patatas fritas de bolsa gratis era una tapa! Te la estaban colando a lo grande, amigo. Después de tu Erasmus sabes lo que son tapas de verdad y las has probado todas: pimientos de Padrón, carne en salsa, albóndigas, puntillitas de calamar…

3. Compartes tus conocimientos de experto sobre jamón con todos

Antes no diferenciabas el jamón serrano del ibérico; ahora eres todo un experto en este manjar español y te pasas la vida explicando a otros la diferencia entre el jamón ibérico de recebo y el de bellota. Tampoco faltan las explicaciones detalladas sobre la forma de servir el cocido madrileño.

4. Tienes un nuevo equipo de fútbol al que sigues apoyando a muerte

Da igual el equipo que apoyaras en tu país antes de ir a Madrid. Durante tu estancia Erasmus tuviste que elegir uno local y desde entonces ya no te pierdes un partido del Atleti / Real Madrid, aunque no es lo mismo verlo en la tele que en el estadio.

5. Intentas convencer a tus amigos para salir más tarde

Te costó horrores acostumbrarte a salir después de medianoche y no entrar en la discoteca hasta las tres de la madrugada, pero tantas fiestas locas en Kapital y Joy Eslava han cambiado tu concepto de vivir la noche y cada sábado propones salir un poquito más tarde.

6. Quieres rematar la noche con unos churros con chocolate

En Madrid rematabas las mejores noches de fiesta con unos churros con chocolate antes de volver a casa y ahora lo echas de menos. Aunque en alguna ocasión has visto un puesto de churros (no muy buenos) en algún mercadillo, nunca podrás encontrar unos como los de la Chocolatería San Ginés.

7. Te levantas los domingos con ganas de ir al Rastro

No es que en Madrid fueras al Rastro todos los domingos; más bien fuiste solo los tres únicos domingos del año sin resaca. Sin embargo, ir al Rastro es una experiencia única que echas mucho de menos.

8. Cualquier parque te parece pequeño

El Retiro se convirtió en tu zona verde favorita, el lugar donde pasar una tarde tranquila leyendo, hablando con tus amigos o durmiendo un poco la mona; el sitio donde pasear, ir en bici, correr, comer, pasear en barca con el ligue de anoche o simplemente ver gente pasar.

9. Saludas a todo quisqui sin ton ni son

Eso de dar los buenos días en ascensores y saludar a desconocidos es algo que te chocó al llegar a Madrid. ¿Qué necesidad hay? Con el paso de los meses te acostumbraste; ahora vas por ahí saludando sin ton ni son y la gente te mira de forma rara.

10. Has aprendido que la sangría es de guiris

Nunca has bebido más sangría que en Madrid. Es una bebida tan barata (¡y tan buena!) que no faltaba en ninguna fiesta. Eso sí, después del Erasmus se acabó. Has aprendido que es algo de guiris y como experto conocedor de la cultura española te has pasado al tinto de verano.

11. Te cuesta dejar propina

Es verdad que en España el servicio en bares y restaurantes es lento. Muchos camareros no están pendientes de las mesas y tienes que llamarlos tres veces para pedir y otras tres para que te cobren. Lo bueno es que luego no hay que dejar propina, como en otros países. Ahora te duele el bolsillo cada vez que llega la cuenta con “no service charged included” y toca soltar el 10 % de lo gastado.

12. Ya no sales siempre pendiente del reloj

En Madrid aprendiste a no vivir pendiente del reloj y los horarios. Total, el metro cerraba a las dos de la madrugada y abría otra vez a las seis. ¿Qué prisa ibas a tener en volver a casa?

13. Echas de menos las excursiones de fin de semana

Puede que Madrid no sea el centro del mundo, pero sí de España (más o menos) y todo está cerca. La cantidad de ciudades y lugares interesantes a menos de dos horas en coche es increíble y echas de menos las excursiones de fin de semana a Guadalajara, Ávila, Segovia, Toledo…