1. Probar la comida típica de cada ciudad.
Ecuador es uno de los países más pluriculturales y pluriétnicos del mundo, y como es de esperarse, tenemos una increíble diversidad culinaria. Incluso Anthony Bourdain y Andrew Zimmern han recorrido el Ecuador de cabo a rabo, impresionados por el encocado de jaiba de Esmeraldas, los jugos rompenucas del Chimborazo, el cuy de Cuenca, el repe de Loja, el hornado de Quito, el tigrillo de Zaruma, el majarisco de Puerto Bolívar, el yaguarlocro de Riobamba, el llapingacho de Alausí, el ceviche de Jipijapa, las humitas de San Roque, el pan de yuca de Manta, el encebollado de Guayaquil, entre centenares de platos. Si eres ecuatoriano, y no has probado al menos los anteriores, ya sabes por dónde empezar.