1. Pasear bajo tierra por un sendero de casi kilómetro y medio donde hay formaciones kársticas extrañas y lagos en la Gruta de las Maravillas de Aracena… ¡pero si da mucha claustrofobia!
4. La fauna con el lince ibérico a la cabeza, la flora y los paisajes del Parque Nacional de Doñana son una amenaza para ti: ¡ten cuidado que igual te conviertes en un gran ecologista!
5. Visitar playas paradisíacas como la Cuesta de Maneli en pleno Parque Nacional de Doñana es un peligro: a lo mejor ya no quieres volver nunca a casa.
6. Pasear por pueblos como Linares de la Sierra, rodeados de naturaleza y tranquilidad absoluta, donde las tradiciones aún se mantienen, es otra moda de modernos: ¡que vivan las ciudades!
8. Las amplias y largas playas de Isla Cristina de arena dorada son otro de los peligros de Huelva: cuando vuelvas a la playa de tu pueblo ya nunca la mirarás igual.
12. Curiosear los puestos del Mercado del Carmen, en Huelva capital, es un viaje curioso. ¡Si hasta te ofrecen comer gambas blancas! ¡Pero si son las cucarachas del mar!